domingo, 6 de enero de 2008

El valor de la censura

Recuerdo una escena de “Cuéntame”, serie televisiva que tendrá también sus detractores, en la que Toni Alcántara, hijo de Antonio y de Mercedes, trabajaba ya en el diario Pueblo. No sé si compaginaba entonces los estudios universitarios de abogado con su labor de reportero, hace mucho ya del citado episodio, pero el meollo de la escena giraba en torno a las ganas de éste de contar “la verdad” tras una brutal y gris carga policial en la Universidad.

Tras presentar a su redactor un primer boceto del artículo que muchos podríamos imaginar, éste, poco más o menos que tirándolo a la basura, le mandaba redactar uno nuevo que pasase el filtro de la censura. Toni indignado ante su jefe al que no consideraba parte del sistema, grita: “¿qué quieres, que escriba que la policía de Franco ha tenido que reprimir y detener algunos alborotadores en la Universidad, y punto?“. Cuéntalo así, fue más o menos la respuesta,

Toni aprendió aquel día a jugar con la censura, aquella que olvidan muchos de los que critican hoy la democracia… democráticamente y añoran, no los tiempos, sino sistemas pasados más “autoritarios”.

Y es que como Toni aprendió, la mejor crítica de un sistema es la descripción de sus efectos sin espejos porque no hay nada más descriptivo que la verdad sin subjetivaciones. Así escribió: “la policía se ha visto obligada a reprimir con violencia a jóvenes universitarios que se han enfrentado a las fuerzas del orden, procediendo sus agentes a la detención de tantos estudiantes que han sido trasladados conforme a la Ley de Orden Público a dependencias oficiales, bla, bla, bla…”. Y mientras los censores no ponían objeción alguna, muchos españoles (padres de esos jóvenes universitarios, algunos) entendían perfectamente el significado de la noticia.

Treinta años después, aquellos que observan una realidad plural dentro de un estado laico, y no pueden contenerse, titulaban en la web de la emisora de los obispos: “Zapatero subraya que el "ADN de la democracia" es no imponer la fe y rechaza el mensaje de Rouco y García Gasco” (7-1-2008).

Sin censura.

Contra éste (Zapatero) y contra el Obispo de Bilbao, monseñor Blázquez, presidente hasta la fecha de la Conferencia Episcopal, que como el rey reina pero no gobierna, continuaban: “…(Zapatero) realizó una valoración positiva de las últimas declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal, …, que solicitó a los obispos que afronten las dificultades sin culpar a la derecha o a la izquierda. Zapatero aseguró que sus palabras fueron "razonables y sensatas".”

Se ve que los clérigos y súbditos de la cadena COPE dan por sentado que sus oyentes no dudan del carácter perverso de personajes tan oscuros como Zapatero y Blázquez, y ante unas palabras que suponen se descalifican por sí mismas, las reproducen como Toni Alcántara creyendo que en la dictadura socialista actual los ciudadanos sabrían distinguir el mensaje.

O han cambiado de bando.

Esta mañana, escuchando la misma opinión machacona de todos sus tertulianos, he reforzado la triste y vieja conclusión de que para algunos lo mismo son los grises reprimiendo jóvenes universitarios, que Zapatero afirmando que el ADN de la democracia es el respeto. Y es que ya se sabe que cuando todo el mundo piensa igual es que nadie piensa mucho.

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