miércoles, 26 de marzo de 2008

boicot, or not.

China es una República Popular, como su auténtico nombre indica. Tiene además su propia constitución de 1982, gracias a la cual su Jefe de Estado es Hu Jintao, después de que entre 1969 y 1983 el país subsistiese sin que nadie ocupara dicho cargo.

China está habitada por algo más de 1.300 millones de personas y, aunque existe una mayoritaria, están reconocidas un total de 56 etnias distintas.

Varias veces he argumentado, a modo aristotélico, que lo importante no es tanto el sistema de gobierno como que quien gobierne lo haga realmente en favor del pueblo.

Los afortunados que vivimos en este primer mundo vestimos prendas manofacturadas en, relojes fabricados en, compramos juguetes a nuestros hijos producidos en y consumimos tecnología “made in”, China.

El pueblo chino sufre, tanto menos o más que otros pueblos. Las diferencias sociales entre las clases dirigentes y el pueblo las imagino, no sé si benévolamente, idénticas a las que existen entre los jeques saudís, tan amigos de la monarquía española, y sus sirvientes, por ejemplo.

Dicho lo cual no debiera de litigar con especial dureza contra China, más aún cuando los chinos no me han hecho nada, o al contrario, me lo hacen todo igual de bueno, igual de bonito y más barato, al parecer.

Tampoco haré pedagogía demagógica de medidas tales como la prohibición de engendrar y dar vida a más de un hijo por pareja en las zonas urbanas, o a dos en el las zonas rurales si la primogénita es precisamente mujer. No más allá de la prohibición vaticana del uso del preservativo incluso allí donde el sida y otras enfermedades de transmisión sexual mutilan poblaciones pobres y ruines, ruines y pobres. Ambas situaciones provocan sufrimiento, dolor y muerte de personas, grandes o pequeñas, tan humanas como usted o como yo.

Como tampoco sería justo subir la voz cuando hablamos de las condiciones de trabajo del proletariado (hombres, mujeres y niños) chinos, más allá del volumen con el que criticamos la explotación vía prostitución de éstos mismos gracias al turismo del primer mundo en otras zonas del planeta, o más allá de la propia experiencia, histórica y relativamente reciente.

Tampoco quiero referirme a las violentas represiones contra los nepalís porque de reprimir con violencia bien saben los gobiernos del primer mundo que, aprendidas las lecciones que da la historia, acostumbran a desahogarse últimamente con ciudadanos ajenos, bien sean europeos, asiáticos, americanos o africanos los sometidos.

Con todo ello no quiero decir que no haya que publicitar y denunciar cuanto allí sucede.

A quien sí critico, hoy directamente, es al Comité Olímpico Internacional por hacerme pasar por esta tesitura: boicot (aunque el de este humilde no pudiera ser más que televisivo), o no boicot, como el “to be or not to be…” de mi conciencia.

11 comentarios:

Maripuchi dijo...

El COI? Te refieres a esa banda de aristócratas de medio pelo? Quién es el COI? Por qué?

Anónimo dijo...

En China siempre ha habido opresión y ahora mas con lo de los juegos olimpicos, pero esto al COI no le interesa, solo le interesa que se celebren los juegos, no se meten en politica.
Salud

Unknown dijo...

Bufff, pues no sé, sinceramente creo que es de las cosas que hay que pararse a pensar. No me lo había planteado. De todas maneras, gracias por sacudir nuestras cabezas.

Oye Txan, no me digas Maestro que me sonrojo "quillo"

Un abrazo

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

No soy partidario de los boicots, independientemente de que lo que ha hecho China esté mal, que, por cierto, a buenas horas se han acordado de que China es una dictadura del PCCh. No estoy de acuerdo con boicots por la sencilla razón de que el efecto que produce es justamente lo contrario a lo que se pretende. Y la Historia está lleno de ejemplos, como el caso español. Justamente aislar a España sirvió para fortalecer el franquismo. El caso cubano otro tanto de lo mismo.

Eva dijo...

Yo tampoco estoy favor de los boicots. Seguramente porque siempre llevan aparejado un cierto tufillo oportunista que me pone un poco nerviosa. O dicho de otra forma, que boicoteamos lo que nos interesa, y que nuestros intereses casi nunca son altruistas (o no puramente altruistas, por lo menos).

Así, de primeras, me viene a la lengua una pequeña puñalada: ¿qué pasa? ¿que acabamos de despertarnos y nos hemos dado cuenta de lo que pasa en China? ¿que no lo sabíamos antes? ¿que no lo sabíamos ya cuando se eligió como sede de los JJOO? ¿y qué pasa con los cientos de atletas que se han dejado la piel para competir en estos JJOO? ¿deberían ser dignos y boicotearlos también?. Y ya que estamos de boicoteo ¿por qué no miramos a Irak, a Venezuela, a Corea...? ¿o es que ahora no es el momento? ¿y quién decide cuándo es el momento?...

En fin..más que ayudarte, me temo que la he liado más con mis inseguridades..

Geminis dijo...

Gracias por el premio, de corazón.

Y ahora decirte que mi empresa compra a China, ahora prácticamente casi todo. Un economía que emerge con fuerza pero muy controlada. Todo es más barato porque evidentemente las medidas que se adoptan aqui para el trabajor en temas de seguridad allí ni las conocen y mucho menos las aplican.

Besos.

RGAlmazán dijo...

Quiza una solución intermedia no estaría mal. Por ejemplo no asistir a los actos oficiales, que son los que dan dan brillo a los Juegos (me refiero a las ceremonias oficiales de apertura y clausura y actos varios intermedios)y en los que más se visibiliza el país organizador.

Salud y República

Gonover dijo...

Si le dieron los JJOO ahora tienen que apechugar. Antes no había una situación diferente, así que es ilógico que por el surgimiento de una cuestión, que no es nueva, ahora se planteen el boicot.

Además, como dicen ahí, ¿de qué sirve el boicot? Sabemos por experiencia pasada y actual que no sirve de nada. Sólo figurar, y para figurar...

Anónimo dijo...

yo no lo tengo claro. mi corazón grita boicot, mi cabeza no.

L.V. dijo...

boicot a todas las cosas y personas que vulneren los derechos humanos,
aunque eso implique que alguna vez me boicoteen a mí también..

joaninha dijo...

bueno, a mi no me gusta que me manipulen y los boicots tienen un poquito de eso, un toquecito de reality televisivo y me pregunto si toda esa gente que se lanza a agarrar la antorcha realmente creen que van a cambiar el mundo...
Sin embargo, no querría hacer oidos sordos, lo que si creo es que no vale para nada...
El tema da para mucho mas, desde luego...
En fin, un besazo.