miércoles, 14 de noviembre de 2007

Hoy me quedo en casa viendo llover.

Si hay algún lector de este blog, si quiera por error, habrá podido ver que pretende aportar la visión propia de los acontecimientos de índole político del día a día. Si hay algo que uno agradece de este tipo de blogs es que presentan con veracidad la palabra de cada cual. Los políticos usan el “nos” mayestático cuando se refieren a los que ellos creen o piensan: “Lo que queremos los catalanes…”, “los vascos hemos decidido…”, “a los españoles no nos importa...”; son 3 frases cogidas al azar de tres políticos de corte radicalmente distinto que quieren servir de ejemplo. Los blogs son el vivo ejemplo de que al usar ese lenguaje van pasados de largo, salvo electoralmente hablando.

No pretendo ponerme a su altura hasta el punto de usar su propio lenguaje, aunque sí espero mantener las formas de seriedad aparente que dan estos párrafos y huir de la txirigota y la fiesta. Para ello ya hay magníficos blogs de todo tipo de colores y humores, que usted seguro conoce y que recomiendo siga visitando.

Tampoco estoy al día. Surge la noticia (hechos), se reboza en huevo (se informa de) y después se unta vuelta y vuelta en pan rallado (se opina sobre). Es entonces cuando lo frío en la sartén. Dadas mis cualidades culinarias este proceso tarda días y así llegan los post como pasados de moda. No me importa porque en un blog que nadie lee ¿qué importa el tiempo? Normalmente me puedo enfriar para evitar escribir en caliente; así, si Jaime Mayor Oreja reconoce su admiración por épocas franquistas de extraordinaria placidez, espero una semana antes de escribir sobre ello. Con perspectiva. Así llegó el post de ayer.

Al hilo, puedo prometer y prometo que es mi intención dejar pasar los últimos acontecimientos en torno a la casa real unos días, antes de incluir algún post al respecto; parece además que los problemas se les acumulan y que cada vez hay que dar más pasitos atrás para ver bien “todo el conjunto”. En esas estoy.

Y aunque hoy me ha ofendido La Sentencia contra los humoristas de El Jueves, voy a ser fiel a mí mismo y esperar unos días para escribir al respecto, si acaso me pudiera servir de desahogo. Haré pues pagar a alguien mis platos rotos: te lo has ganado, Pablo Sebastián.

Y te toca, porque tu artículo de hoy en tu Estrella Digital sirve como ejemplo palpable de servilismo y sumisión hacia un igual; se percibe que no tienes la misma consideración hacia ti como ser humano que hacia el borbón, será porque él jamás ha jurado la constitución como juró en su día los principios fundamentales del movimiento, o porque nos lo trajeron de la mano dios y Franco. Esto último aunque es verdad, hoy por hoy, es una coña.

Están los ánimos encrespados…” dices. Y argumentas –quito comillas y abrevio: el desafío de Ibarretxe o del AVE de Barcelona, la caricatura de los Príncipes de Asturias, la quema de sus fotos por nacionalistas radicales, la petición de abdicación de la COPE, impertinencia de Aguirre pidiendo trato humano al locutor demencial, la noticia de la separación de los duques de Lugo. Así… “Se entiende que, ante este cúmulo de adversidades, el monarca no pudiera soportar ninguna más, y menos en boca de un mandatario político que estaba insultando a España y a los españoles”. Punto. ¿Insultaba Ortega a los españoles mientras "repartía" contra una multinacional por muy española que ésta fuera? O no insultaba, o no soy español.
O ambas cosas.

Sigo. "Se entiende que" usted está justificando lo obrado por el español que más riquezas acumula, al menos sin haber arriesgado un euro propio, con argumentos que no nos sirven a los mortales comunes. Así espero igualmente que mi jefe entienda que no he podido aguantar más ante el cúmulo de adversidades por las que estoy pasando en la actualidad y que me he quedado en casa esta mañana viendo llover, y más hoy que mi vecino me ha insultado en la escalera.

Su obligación era estar sentado y callado, como los demás. Y escuchando. Quien quisiera ponerse en evidencia, mostrar su mala educación o dormirse libre era. Pero usted no, oiga, que representa a España. O sí. Es igual: haga lo que haga el borbón, para su siervo y mayestático pueblo español, siempre estará bien.

Es cierto que entre el pueblo llano existen, han existido y existirán siervos leales a la corona (aunque en la casa real vivan como dioses y muchos otros subsistan como diablillos) pero cuando uno se viste de periodista y va a trabajar con su cúmulo de adversidades personales a cuestas, no debe ser tan servil. Tampoco mayestático.
Argumentos así hacen que periodista y servil parezcan más sinónimos que simples adjetivos; viendo la deriva que tomáis algunos en los medios creo que en un lustro lo propondré a la Real Academia. Igual entonces, por evidente, dan por buena la acepción: periodista y servil, sinónimos.

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