martes, 13 de noviembre de 2007

El franquista Jaime Mayor Oreja


Señalado con el dedo de Aznar para llevar la libertad al País Vasco, este político easonense (o de San Sebastián) ha tenido patente de corso en todos los medios de prensa españoles durante unos cuantos años e imagino que seguirá teniéndola. También la tuvo del PSOE, no ya digamos del PSE-EE de Nico el hijo del de la naval, que quería llevarle de la mano hasta Ajuria Enea. La fusión ideológica entre ambos, en aras de la libertad en el País Vasco, convenció por igual al País que al Mundo, a la COPE que a la Ser, a dios y al diablo.

Allá por el 2001, el Gobierno de Aznar, totalitario, había convertido el terrorismo etarra en el centro de la vida pública y política. Así su mensaje sencillo y directo calaba en las teledirigidas masas, en los tertulianos y hasta en –algunos- intelectuales. Estableció las líneas de lo políticamente correcto centradas en dos ideas: los nacionalistas vascos y ETA tienen el mismo fin luego son lo mismo; y, el que no esté con nosotros que somos la libertad, la dignidad y la justicia es que está con ellos. Al carro acabó subiéndose hasta el propio ZP y surgió el tan alabado Pacto por las Libertades que, vuelta a la lógica, descansa hoy en algún polvoriento cajón.

La degeneración democrática que se dio durante aquellas fechas fue mayor incluso que la que la propia ETA suponía para la vida pública: la paz, la libertad, la prosperidad y la democracia debían de ser reinstauradas en Euskadi pues Ibarretxe, poco menos, era el Hitler vasco.

Sí, sí, sí… ese tipo de calificativos desayunábamos, comíamos y cenábamos. Cuando no había otra cosa, valían también de aperitivo. Al hilo: imagino que ahora serán muchos los que si escucharan nuevamente sus propias palabras reconocerán el engaño al que fueron sometidos.

Así, por ejemplo, podían leerse (y aplaudirse) titulares como en El Mundo, el 28 de abril de 2001 (pre-campaña) que decían así: “Redondo compara a Ibarretxe con Pétain por permitir el fascismo”…” por entregar el Estatuto a ETA”. Y el monarca ni mú, oiga.

Javier Rojo (hoy presidente del senado), en una entrevista también en El Mundo a dos semanas de las elecciones: “ yo responsabilizo políticamente al Gobierno del señor Ibarretxe de los 29 asesinatos que ha habido en estos dos años, porque él es el responsable de haber pactado con ETA y con HB”; “Antes de perder el poder, sacará el programa soberanista, el programa que dice que construirán una nación de la mano de ETA si hace falta”; también dijo:”: El 13 de mayo ganaremos por higiene democrática”.

Por higiene democrática, precisamente, perdieron. Se había ilusionado tanto a la gente que en la noche electoral los programas especiales se anunciaban ya con anterioridad, tipo Antena 3: “Este domingo especial noche electoral: llega la libertad al País Vasco”; habrá pucherazó, pensaba por entonces. Recuerdo bien como según se fue escuchando la voz del pueblo, el vasco, empezó a cundir el desánimo, comenzaron a verse rostros desencajados (y no me refiero a los de ciertos políticos) y cundió la desilusión hasta el punto de que ningún Especial de los emitidos por cualesquiera televisión estatal cumplió el horario; así las diferentes cadenas adelantaron los cierres y reprogramaron al unísolo películas de serie B. Nunca dedicaron tan poco tiempo a un recuento electoral, nunca un producto generó tan pingües beneficios. Porque no nos engañemos: el círculo mediático montado alrededor del terrorismo vil de ETA, no era sino una coartada electoral, el cabeza de cartel era Jaime Mayor Oreja y el fin engordar la masa de votantes del PP. Aznar, caudillo, tranquilizó pronto a sus electores afirmando sin complejos democráticos que la sociedad vasca no estaba preparada.

Y tenía razón. La sociedad vasca no estaba ni estará nunca preparada para ser gobernada por un friky político capaz de afirmar: "¿Por qué voy a tener que condenar yo el franquismo si hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad?”, y que considera que por entonces se vivía en Euskadi “…una situación de extraordinaria placidez". Y eso lo afirma quien aglutinó en su persona todas las candidaturas del PP posibles como cabeza de cartel: en las Autonómicas -a Lehendakari por Araba, en las Generales -a diputado en las cortes por Bizkaia y en las Municipales –a la alcaldía de San Sebastián.

Sinceramente, ¿se imagina alguien un Lehendakari realizando tales afirmaciones, siquiera pensando así?

Todavía hay hoy quien afirma que el compromiso democrático de este desecho político es incuestionable. Y quien defiende que entre la terna de sucesores, debió ser el elegido. Otros muchos callan queriendo olvidar que se pasaron años aplaudiendo y aupando a un franquista al que agasajaban sobre sus rojas alfombras. Bien pudiera ser que al personaje sólo le conociéramos al norte del Ebro porque aquel golazo que estuvo a punto de colar Aznar a todo un PSOE de tradición de izquierdas y antifranquista, lo detuvo una tal sociedad vasca que vive la realidad, no se la cuentan y que era quien jugaba aquel partido.



P.D.: Extraído del blog de Eduardo Madina, a quien admiro, Molinos de Papel: “Lo más grave de todo no es que diga esto, sino que en España se permita que alguien que dice esto esté habilitado para la democracia y la política, haya sido Ministro de Interior y en la actualidad sea Diputado del PP en el Parlamento Europeo. El único país de Europa en el que alguien se atreve a pensar y decir algo así tras haber sufrido una dictadura fascista y asesina de 40 años. El único país de todo Europa en el que alguien que dice algo así no es obligado por su propio partido a dimitir y marcharse a su casa lleno de vergüenza.”

Y añado: lo grave fue que la plana mayor del socialismo, a quienes seguramente más de una vez diste tu voto, no solo estuvo dispuesta, sino que hizo lo posible por encumbrar a este tipo a la Lehendakaritza .

Pero lo grave de verdad, Eduardo, es que unos terrorista fascistas y totalitarios, intentaron arrancarte la vida.

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