martes, 2 de octubre de 2007

La pescadilla que se muerde la cola

A raíz de la última, que no será la ídem, propuesta de Ibarretxe se escucha de todo, básicamente porque para defender España y la Constitución todo vale, así que los ciudadanos medios nos vemos obligados a filtrar los comentarios, a saber: entre inteligentes, necios, demagogos, según su procedencia y un sinfín más de calificativos, que para tanto da el tema, hasta formarse cada cual su propia opinión del asunto.

Es triste y habitual que los argumentos de ciertos políticos no estén a la altura. Es habitual que los argumentos de ciertos opinantes tampoco lo estén. He leído comentarios en diversos ciber-foros, a favor y en contra, con bastante más sentido común que los de éstos, algo que no sorprende.

Uno de ellos realizado por un tal “Curioso” y que por ser precisamente público copio y pego, dice así: “En la medida en que la Comunidad Autónoma no tiene ninguna competencia en materia de soberanía, no tiene facultad para efectuar tal consulta.” Creo que esta frase resume de forma educada y directa muchos de los argumentos en contra de la propuesta realizada por el Lehendakari.

Estoy de acuerdo en que legalmente carece de legitimidad jurídica, suponiendo que lo propuesto por el Lehendakari fuese un referéndum y tuviese intención de convertirlo en vinculante.

Ante una reclamación de soberanía se argumenta que no se puede reclamar porque no se tiene soberanía para hacerlo. ¡coño, si precisamente por eso reclamo! ¿Me siguen?. Kafkiano, cuanto menos.

Es en ese callejón sin salida donde se encuentra Ibarretxe que cumpliendo la ley acudió hace dos años a Madrid con una propuesta legítima, mayoritaria y emanada de allí donde reside la soberanía de los ciudadanos españoles por definición en el País Vasco, es decir, del Parlamento Vasco, entidad cien por cien constitucional. Jurídicamente, si en esos términos debemos movernos, los ciudadanos que votaron a los partidos políticos firmantes de la propuesta eran, son, tan españoles como cualquier otro. Allí, en Madrid, negaron cualquier posibilidad de debatir una propuesta legítima. El Lehendakari ya manifestó entonces desde el púlpito (con luz y taquígrafos) que si se negaba siquiera el debate daría la voz al pueblo (¡gran pecado en democracia!).

Y en esas estamos, con la soberanía mordiéndose la cola.





P.d: el presidente de la asociación de vecinos del barrio acudió al ayuntamiento reclamando que alumbrasen sus calles con 300 nuevas farolas. Como era aquél uno sólo, le despacharon en diez minutos entre risas diciéndole que no iban a alumbrar las calles, con lo que cuesta, porque él lo pidiese; le dijeron también que si quería tener luces se metiera a concejal. Días después cientos de vecinos acudieron al ayuntamiento reclamando las farolas para el barrio y, aunque no consiguieron las 300, se volvieron con 100 y algunas promesas…

1 comentario:

txanogorritxu dijo...

Buenas txantxan....tenía curiosidad por saber cuáles fueron tus primeros post y he topado con éste.

Siete meses han pasado desde la propuesta de Gobierno Vasco y seguimos igual, o peor, porque la gente está (estamos) harta de vivir en este bucle del tiempo que nos ha tocado ¿Apostamos a que no se hace consulta?