viernes, 29 de febrero de 2008

Soy el bueno de la película (siempre) aunque sea un mal tipo (nunca).


Me han preguntado hoy, con bastante interés por cierto, si era de Rajoy o de Zapatero. (Creo que es la primera vez que escribo ambos nombres, juntos. Pero es que la ocasión lo merece. Sigo). Partiendo de que no soy de nadie, si acaso de mi pequeña, no me molestó la forma de la pregunta porque la hacían niñas de ocho años. Lo voy a escribir con número que asusta más: 8 añitos.

Decían ellas que eran de Zapatero porque es el de los pobres y que el otro, el de las barbas, además de más feo, era de los ricos ¡Toma esa! Y yo ojiplático, joder. ¡Perplejo! Me contuve con un “yo de ninguno de los dos”. Y las pobres no entendían nada. ¡Qué mierda de…! Me contengo. To be continued…

Ayer, como otras muchas veces desde hace bien poco (vendo coche, ¿alguien lo quiere?) utilicé el metro. El que me llevó a la pregunta de arriba, por cierto. Allí o leo, algún libro, o escucho mi música; ni tertulias ni canciones puestas por otros. Pero lo que más me gusta es mirar, sin que me vean a poder ser (para no molestar, creo) a los demás; ... y me entran unas ganas de empezar a hablar con alguien..., siempre. Nunca entendí porqué somos todos tan anónimos. Siempre he pensado que podríamos decirnos miles, millones de cosas, compartirnos. Nunca supe porqué no sujetamos nunca una mirada ajena.

En ello pensaba. Siempre me fijo. Intento que nunca se me note. Siempre y nunca… así es el metro. Doy al “return” y continúo.

Pues hoy (digo ayer, pero quiero narrar a partir de aquí en presente para que estas palabras tengas sentido, siempre), además, y como otras tantas veces, he sido testigo de un gesto de esos preciosos que muchas veces pasan desapercibidos, como un pasé usted primero o siéntese amama (abuela) que le cedo mi lugar. ¡Es tan bonito!

Sería el rock, del suave. O que siempre me creo el bueno de la película: he pensado que a aquella del bello gesto, si fuera multimillonario (¡qué pasa, de esos los hay a patadas! ¿Por qué no yo uno más?), directamente le habría entregado cien euros. Vale, al final eran seiscientos, total el dinero me sobra, se supone. Porque sé que algo tan insignificante para mí hubiera sido alegrarle a ella el peor, casi, de sus días, de los de diario.

Al poco acabé repartiendo dinero a todo el mundo. Como imagináis. Imaginado.

Después, intentando volver a la tierra pero con ganas de seguir soñando, me pregunté: ¿y si fuera verdad? Me refería a lo del ser multimillonario. La única posibilidad: un euromillón de esos a los que no juego.

¿Lo haría? Me digo que seguro, que sin dudarlo.
Lo sostengo.
¿No os lo creéis? Lástima que no pueda demostrarlo.
(Salió hasta con rima de bueno que soy).

Siempre he pensado que si tuviera dinero lo bien-gastaría haciendo felices a los demás, empezando por los anónimos que me acompañan en el metro, por ejemplo. Nunca he entendido que quien gana mil al año no pueda conformarse con quinientos (me refiero a millones de los de antes, o de los de ahora ¡qué leches!): se acabaron, por ejemplo, los mileuristas (La palabra mileuristas no está en el Diccionario, pero en breve).

¿Vosotros qué haríais, siempre? ¿Ellos porqué no lo hacen, nunca?
Nunca, siempre..

Como leí por ahí, y me aplico el cuento, palabras, son solo palabras…

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hmmm... así que si tuvieras todo el dinero disponible actuarías como hace el Estado, favoreciendo arbitrariamente... que para eso es suyo... digo, tuyo... :)
La diferencia, claro, es que en el caso que expones (y preguntas) el dinero es de verdad tuyo, y en el de los gobernantes es nuestro (no he podido evitar el simil, es un poco forzado, lo sé, pero me lo has puesto tan en bandeja)

Anónimo dijo...

oiga... ¿y por qué no me contesta por aqui? ¿se cree que no iba a venir a ver si recoge el guante? (jejeje).
Unos tanto y otros tan poco...
no es el liberalismo económico el que da lugar a unos tanto y otros tan poco. La naturaleza hace que unos tengan más y otros menos. Si soplas un puñado de arena e imprimes a cada grano el mimso impulso, en las mismas condiciones, etc... los granos de arena no se distribuirán uniformemente, sino que formarán montoncitos desiguales entre sí. ¿quiere esto decir que hay que diseñar un mecanismo igualatorio? no, porque cada x tiempo tendríamos lo mismo... ¿entonces? replanteemos la cuestión... ¿el problema es "unos tanto y otros MENOS" o "unos tanto y otros "TAN POCO"? porque el tan poco no es fruto del liberalismo económico, sino de la corrupción estatal, la putrefacción de las instituciones, la falta de un marco legal... y el liberalismo económicos da lugar a la ecuación "unos tanto y otros menos, pero todos más".

Tesa dijo...

Es cierto, no "sujetamos las miradas ajenas", la gente no se comunica si no es en un entorno de confianza o por motivos laborales. Durante meses estuve tomando el desayuno, sola o en compañía de un libro, en la misma cafetería. A mi saludo mañanero sólo respondía el camarero y alguna vez, pocas, alguien más de la barra. Qué cosas... incluso subimos varios pisos de ascensor en silencio sin cruzar palabras con el vecino que comparte ese viaje.
¿Sabes? Si yo fuese millonaria, como dices, también compartiría mi dinero. Mi madre, siempre que compra lotería de Navidad, repite a mi padre la cantinela de todos los años: si nos toca el gordo, lo repartimos en cuatro partes, una para cada hijo y la otra para ayudar a los pobres, a nosotros ya no nos hace falta nada.
Mi padre le dice... Pero mujer, nosotros somos pobres y nunca nos ha dado nadie nada.
Sé que mi madre ayudaría a mucha gente, ahora con cuatro duros también lo hace.

Isabel Burriel dijo...

Yo creo que soy menos, pero bastante menos desprendida que tú. No creo que repartiera todo, algo sí, pero, ¿te has vuelto loco? ¿todo? jaaja, que yo quiero una casa en la playa, por dios.

El Cerrajero dijo...

Lo preocupante es la pregunta de cajón ¿Quien es el culpable del adoctrinamiento de los niños? ¿Como es posible que, tan pequeñas, ya tengan asimiladas las consignas de la izmierda?

desahogandome dijo...

Mary White. No suelo contestar aquí ya que no me gusta tener la última palabra. En cualquier caso, y siendo una metáfora, no considero para nada acertada la comparación de los granos de arena (cada uno pesa distinto, por eso "viajarían" distinto). Las personas, en cambio, deberíamos ser iguales, independientemente del peso.

Debatiríamos horas. Ahora bien eso de que el liberalismo económico da lugar a la ecuación.. como has dicho, espera que copio-pego:
""unos tanto y otros menos, pero todos más", es ROTUNDAMENTE falso. A las pruebas me remito. Me basta con abrir los ojos.

Y perdona, si no contesto aquí. NO me gusta hacerlo. Eso sí, por mail, lo que quieras.

Y ya puestos... Cerrajero... "Como es posible que, tan pequeñas, ya tengan asimiladas las consignas de la izmierda?" y también otros muchos tienen asimiladas las consignas de la derecha. Creo que no entendiste nada. La paja, siempre, en el ojo ajeno...

Tesa, Interrogación ;-) ;-)

saludos.

Ispilatze dijo...

¡Qué sorpresa! ¡El petirrojo contestando! (¿sabes? está bien lo de notenerlaúltimapalabra, razón que no (te)conocía para no contestar comentarios. Pero claro, como hasta cierta vanidad te debe de parecer delito, el efecto es que ni siquiera asomas (normalmente) a "SOSTENER LA MIRADA" de quienes te visitan para decirles: hola, también a ti te he leído.

En fin. ¡Qué cosas digo!

Que la mirada se busca y se sostiene de tannnntas maneras... que hay tannnnto que escuchar y compartir!!!

No. No hablo de euros.

Tampocojuegoaleuromillón.
Y si los tuviese, lo mismo moría ahogada en el dabate: ¿de quién me ocupo? ¿de los indigentes de nuestras equinas o de los muertos de hambre que malviven mucho más lejos? Ni idea.
Pero eso sí, casi seguro que también me pre-ocupo (antes) de tener esa casita en la playa...
¡Que interrogación no es tonta!