lunes, 14 de enero de 2008

El egoismo, pecado.

Hace unos minutos me he topado con una triste realidad. Alguien en la blogesfera me ha recordado que “el egoísmo no es delito, es pecado”. Y aunque tal aseveración está inspirando estas líneas críticas, intentaré ser igual de respetuoso con todos aquellos, católicos o no, que creen en los pecados capitales, en veniales y mortales. Ha de saberse que habré de esforzarme debidamente para conseguirlo; entiéndase que soy de los que está más por creer que el catolicismo es un negocio (lo ha sido y, si lo consentimos, seguirá siéndolo) que el fruto de la vida y milagros sinceros de un personaje histórico como Jesús de Nazaret, que seguramente predicó en forma y manera muy distinta a la manera de la curia vaticana, pecaminosa por histórica excelencia.

Creo que hay que respetar los credos. Pero también creo en viceversa: que los credos deben respetar a las personas. Algunos, humillan.

No sólo por mostrar al ser humano ruin, débil, inseguro y necesitado de dios, de un dios. Sino también porque predicar en el siglo XXI basándose en metáforas que durante siglos han sido aprovechadas como dogmas de fe, resulta ridículo. Ya he escrito algún artículo en este blog insinuando que una reforma bíblica tampoco vendría mal. Al ritmo que avanza esta sociedad occidental, deberían tener más vista y adaptarse, o desaparecer; más aún si tratamos lo referente a las enseñanzas que reciben los niños, que aprenden que al dios todopoderoso y bondadoso hay que pedir perdón porque de lo contrario te castiga con el fuego perpetuo del infierno o, sencillamente, te quema vivo, te ahoga o te convierte en estatua de sal. Paradójicamente durante siglos nos han enseñado a pedir perdón por existir, nos han cobrado indulgencias con las que satisfacer su propio egoísmo, mientras ardían en la hoguera los infieles de verdad.

Y el egoísmo, al parecer, allana el camino de regreso al averno. Y digo bien, ya que si ser egoísta es ser un pecador, no cabe otra sino que los hijos que paren las que fueron vírgenes ante dios y ante los hombres, hayan sido concebidos antes por lucifer que por cualquier otro, dios. Por eso nacemos egoistas y somos retratos de dios.

Incongruencias, incongruencias e incongruencias que sólo tienen cabida bajo la excusa de la fe. Negar al ser humano el egoísmo es negar su naturalidad, su esencia; predicar que el egoísmo es pecado es vergonzoso, vergonzante y denigrante para el ser humano, sobre todo si quien te ha de juzgar lo tiene todo, es omnipresente y todopoderoso, o casi, como la curia vaticana.

Llegado el final dos anotaciones: aquellos que consideren que no he sido debidamente respetuoso, como prometía, decirles que he intentado expresarme con benévola intencionalidad, no de forma irrespetuosa.

Y segundo: ¡no seamos egoístas!

5 comentarios:

Adnamarrr dijo...

Ante todo gracias pòr tu visita, yo enlazaré tus dos blogs para visitarte tambi8en a menudo.
Me parecen su importantes tus comentarios y estoy muy de acuerdo en la esencia, en eso de que "los credos deben respetar a las personas. Algunos, humillan" y tambien me encantó eso de que las "incongruencias que sólo tienen cabida bajo la excusa de la fe. Negar al ser humano el egoísmo es negar su naturalidad"...es totalmente real.
Seguiremos compartiendo

Isabel Burriel dijo...

Afortunadamente, una vez superada la tiranía de la religión, el día que me descubrí a mi como atea o algo parecido, los pecados capitales pasaron a características intrínsecamente humanas que rechazo pero por cuestiones éticas, para no engordar y por falta de tiempo para ejercer la lujuria.
Todo en su justa medida es razonable pero la Iglesia, con su empleo del miedo no ha hecho más que alejarme a mi y a muchos otros con dos dedos de frente de sus demoníacas ideas.

Un beso

De antes más dijo...

Una muy buena dosis de realidad. Me ha gustado esta frase; "...Creo que hay que respetar los credos. Pero también creo en viceversa: que los credos deben respetar a las personas. Algunos, humillan..."
Totalmente de acuerdo contigo.

Saludos

pd: Sabías que txantxangorri era el pájaro de Arguinaño?

rojobilbao dijo...

Tambiénla sexualidad está en la esencia humana, y puede resultar pecaminosa o moralmente inaceptable.

Que el hombre sea egoísta no significa que no deje de ser un rasgo deplorable de él.

desahogandome dijo...

Gracias a todos por los comentarios.

Sebas... hay tantos txantxangorris.... ;-)

rojobilbao. Especiales gracias a ti, por la confrontación de realidades que nos ofreces.

Ahora bien, si me lo permites, desde mi honestidad no puedo sino rebatirte un pelín:

La sexualidad puede resultar efectivamente moralmente inaceptable (en algunos casos y según la moral de quien), como otros muchos aspectos de la conducta humana. Pecaminosa para aquellos que creen en el pecado ("el pecado" ese gran tema!)

No creo haber querido decir con mis palabras que "aquí vale todo", no. Lo que he intentado expresar es la forma en que esas digamos "no virtudes" o "actitudes moralmente rechazables", han sido utilizadas por algunos. En el caso que nos ocupa directamente desde el Estado del Vaticano, por los siglos de los siglos. (ya sabes como acaba).

Saludos!!!