Entrando al trapo, aún siendo un poco descuidado con la información que recibo en relación a la tormenta, real o ficticia, que tiene lugar en el partido popular, he atendido una tertulia mañanera donde se debatía al respecto. No ha durado más de diez minutos, el asunto en cuestión. Se trataba de una tertulia de las que yo llamo mixtas: aquellas que forman políticos y periodistas, no siendo requisito indispensable acreditar, más allá de la propia profesión de cada cual, lo que realmente se es.
Y parece que me lío, con la definición, pero no: hay políticos que lo son sin serlo, y periodistas ni digamos. Eso quise decir.
Extendiendo la suposición ésta mía podría decir que hay medios de información que no informan, obvio, y partidos políticos que se dicen tal y son cual. Se dicen de izquierdas, de centro o de derechas, lo sean o no. De entre las tres posiciones, no sé porqué, la políticamente, perdón tertulianamente, más correcta es el centro. Y así los partidos todos a pelear por el centro, no importa lo distantes que estén de él. Parece pues que sólo se gana, o se puede ganar, conquistándolo (con lo que me gusta a mí el juego por los extremos aunque luego remate el delantero, centro…).
Sabemos a ciencia cierta que hay dos polos norte y dos polos sur: los físicos y los magnéticos. Así algunos se guían con un compás (brújula) y otros tiran de escuadra y cartabón; los más lo sitúan donde les da la gana.
Atendiendo a ello como cada cual habla de su centro, o de un centro distinto cada día, no puedo sino contemplar estos debates, en ocasiones, como si fueran los propios Faemino y Cansado postulantes, con sus consejos tácticos para alcanzarlo.
Bien podría ser así. Pero sabiendo que ya de origen ni siquiera los propios pseudo-profesionales de la información están de acuerdo en donde está, el centro, no digamos los dirigentes políticos, no puedo sino sentir al escucharles la esterilidad de sus palabras (por no forzar otra cómica metáfora).
Consuela saber que como cada cual camina hacia un lugar distinto al que cree caminar y desde un punto de partida distinto desde el que cree empezar a andar -porque siempre es así desde el punto de vista del enemigo, es difícil que dos ejércitos coincidan sobre el terreno.
Se producen lo más escaramuzas sin interés, como en las tertulias, mixtas o no.
Y así llego a Esperanza, a la que intuí reivindicando a su partido como distante siempre del extremo, como amigo de los homosexuales y enemigo del fascismo franquista y como un bloque con gran sensibilidad social.
¡Como decir que no es así si para muchos lo es!
Presumamos entonces que aquí cada cual retrata la realidad como le place, lo que me lleva a concluir que verdades, o realidades, en política las hay, al menos, tantas como Españas.
Y parece que me lío, con la definición, pero no: hay políticos que lo son sin serlo, y periodistas ni digamos. Eso quise decir.
Extendiendo la suposición ésta mía podría decir que hay medios de información que no informan, obvio, y partidos políticos que se dicen tal y son cual. Se dicen de izquierdas, de centro o de derechas, lo sean o no. De entre las tres posiciones, no sé porqué, la políticamente, perdón tertulianamente, más correcta es el centro. Y así los partidos todos a pelear por el centro, no importa lo distantes que estén de él. Parece pues que sólo se gana, o se puede ganar, conquistándolo (con lo que me gusta a mí el juego por los extremos aunque luego remate el delantero, centro…).
Sabemos a ciencia cierta que hay dos polos norte y dos polos sur: los físicos y los magnéticos. Así algunos se guían con un compás (brújula) y otros tiran de escuadra y cartabón; los más lo sitúan donde les da la gana.
Atendiendo a ello como cada cual habla de su centro, o de un centro distinto cada día, no puedo sino contemplar estos debates, en ocasiones, como si fueran los propios Faemino y Cansado postulantes, con sus consejos tácticos para alcanzarlo.
Bien podría ser así. Pero sabiendo que ya de origen ni siquiera los propios pseudo-profesionales de la información están de acuerdo en donde está, el centro, no digamos los dirigentes políticos, no puedo sino sentir al escucharles la esterilidad de sus palabras (por no forzar otra cómica metáfora).
Consuela saber que como cada cual camina hacia un lugar distinto al que cree caminar y desde un punto de partida distinto desde el que cree empezar a andar -porque siempre es así desde el punto de vista del enemigo, es difícil que dos ejércitos coincidan sobre el terreno.
Se producen lo más escaramuzas sin interés, como en las tertulias, mixtas o no.
Y así llego a Esperanza, a la que intuí reivindicando a su partido como distante siempre del extremo, como amigo de los homosexuales y enemigo del fascismo franquista y como un bloque con gran sensibilidad social.
¡Como decir que no es así si para muchos lo es!
Presumamos entonces que aquí cada cual retrata la realidad como le place, lo que me lleva a concluir que verdades, o realidades, en política las hay, al menos, tantas como Españas.
8 comentarios:
Tema interesante y tengo pensado en desarrollar un artículo criticando el mito de la división de la sociedad en derechistas e izquierdistas.
Al final los políticos son meros publicistas, nos confeccionan el anuncio para que "compremos" su producto. Producto (programa) que, dependiendo de muchos factores, se realiza o no durante las legislaturas. La experiencia nos dice que con frecuencia se utiliza "publicidad engañosa" para atraer nuestro voto.
¿Creen que somos tan tontos?
Si, esta manía persecutoria que tienen todos por situarse en el centro me gustaría que me lo expicaran porque si un partido es de derechas y obran en consecuencia con lo que piensan porque han de disimular que son derchones cromagones ? Tanta vergüenza les produce a ellos mismos aceptar que soon una derecha de lo más rancia ? Al igual que un partido de izquierdas debe mantenerse siempre a la izquierda, la pena de este pais es el centro no tiene partido y los votantes que lo son han de irse a la izquierda o a la derecha para manifestarse, tendría que formarse un gran partido centrista y seguro que los dos colosos perderían votos.
Yo pienso que el centro no existe.
ni derechas ni izquierdas,los mismos perros con distinto collares, todos cogiendo la parte del pastel que hay, dejando las migajas para el resto....a algunos ni siquiera las migajas
salu2
Hola. Yo odio la política, porque creo que se trata de una ciencia impura. Si pudiera definirla, personalmente lo haría, pero no como una ciencia, sino como un arte consistente en saber engañar cuanto a más votantes mejor. Aún recuero aquellos partidos posfranquistas, de izquierdas y derechas. Odiaba a la derecha, por ser una especie de continuación de lo que había sido el régimen fascista de Franco. Mi primer voto fue para aquellos socialistas que, prometían una casa digna a los españoles. Recuerdo aquellos cartelones, en los que se veía bajo el puño y la rosa, el alzado de un bonito chalet con jardín y parcela. Aquello me pareció entonces un sueño, que llevó mi voto al partido felipista. Así continue votando a la izquierda, mientras me acordaba de Franco. Pero, cuando la corrupción generalizada, por los muchos años en el poder, ya burbujeaba incluso en la Moncloa. Me prometí a mi mismo, nunca más votar a la izquierda. Creo que, igual que yo, muchos votantes se convirtieron en votantes de la derecha. Hasta que Aznar, a pesar de haber sabido retirarse pronto y no aburrirnos, no obstante cometió un pecado mortal que dejó a su partido tocado en la banda de flotación. Entre sus muchos pecados, estaban la prepotencia y la guerra de Irak.
Mi odio hacia el felipismo, me hizo no votar a Zapatero. Estaba impactado de como habían sacado redito de un cruel acontecimiento para España.
En resumen creo que, el error de un partido, de cualquiera, es mantenerse en el poder más allá de una legislatura. Todo partido necesita una legislatura sabática en la oposición, para enterarse desde fuera de la Moncloa, cuales son los problemas de España. Porque lo que hacen cuando estan más de una, es simplemente, crearle mayores problemas a los españoles, creyendose los reyes del mambo. Y el poder corrompe, mucho más que el mal de las vacas locas al cerebro. Por eso puedo decir y digo que, la disciplina de partido o de sindicato, que se la apliquen los políticos cortos de miras, que yo votaré hoy a unos, mañana a otros, siendo mi única disciplina la libertad de ideas, siempre a salvo de cualquier fanatismo partidista. Un saludo.
Derechas, izquierdas, centros... Resultados señores, queremos resultados.
Un abrazo
Que razón tienes, cada uno cuenta su pelicula según le va, según le interesa, me gustó eso de "esterilidad de sus palabras". La verdad no es unica, ni lo bueno ni lo malo, esa es la diversidad, es es la vida, eso es lo bueno.
Besos siendo-te.
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