martes, 29 de enero de 2008

Derecho a no declarar


Después de leer lo que argumentaré a continuación habrá quien me considere un pro-etarra, palabra que por cierto también es, ya, castellana. Para evitar ese tipo de tentaciones que algunos pudieran tener, anuncio que en ningún caso durante los próximos párrafos me referiré a presos de la organización asesina terrorista, sino únicamente a los conocidos como presos comunes. Tal vez por ahí haya más posibilidad de acuerdo.

Pongamos el caso habitual de una detención por agentes de la autoridad, perdón Autoridad. Lo primero que ha de hacerse es informar al detenido de sus derechos, conforme establece la Ley de Enjuiciamiento Criminal, criminalmente vieja. Es un momento mágico en el que se pone en marcha una de las maquinarias más engrasadas del estado, en el que la seguridad e integridad del detenido pasa a ser exclusiva del cuerpo policial que le custodia hasta su puesta a disposición judicial; es una garantía para todos, el de dentro y los de fuera.

Los derechos ya se saben: que se le informe de los hechos que se imputan, de la posibilidad de notificar a un familiar su situación, del derecho a ser asistido por el forense y el derecho a un abogado que deberá estar presente en cualesquiera diligencias se practiquen con el detenido: declaraciones, registros, ruedas de reconocimiento, etc.

Según en qué comunidades el detenido tiene derecho a expresarse en dos lenguas distintas. Si es extranjero a notificar su detención al consulado o embajada y a solicitar un intérprete si no habla o entiende castellano.

Existe otro derecho: a no declarar, a no confesarse culpable.

Ese derecho es exclusivo del detenido, del imputado. Cualquiera otra persona que declare bien en una fase previa de instrucción, bien en un juicio oral, sabrá que el acusado es el único que no está obligado a decir la verdad. Los que hemos tenido que pasar por la experiencia de jurar y prometer por no disponer de diccionario a mano que nos permitiera distinguir la diferente semántica de ambos vocablos, entre dios y el hombre, lo sabemos bien más cuando después del “¿jura o promete?” recuerda su señoría las consecuencias que podrían acarrearnos nuestras supuestas mentiras.

Como debe ser, el estado garantiza la integridad del detenido y la práctica de una buena praxis policial y judicial que ayuda a obtener una verdad judicial con la que condenar o absolver.

Es de justicia que el estado pueda practicar estos secuestros legales previos a la puesta a disposición judicial del detenido, momento en que entra a jugar el tercero de los separados poderes. Y es igualmente justo y lógico que estos secuestros de ciudadanos se alarguen en el tiempo, tanto como la ley permita, no más de lo necesario, mientras se realicen distintas labores de investigación, comprobaciones de efectos recogidos en algún registro, obtención de huellas digitales o adn, reconocimientos, declaraciones, etc. El tiempo que ha de durar una detención al uso no puede superar las 72 horas (que alguien me corrija si me equivoco), salvo casos excepcionales sometidos a control judicial en que el plazo puede alargarse.

Una de las prácticas más habituales es el conocido interrogatorio que se realiza a los detenidos. La policía, el fiscal y hasta el propio juez instructor pueden cuestionar al reo cuanto consideren, la ley lo permite. Pueden encontrarse sin embargo con que su interés choque con los derechos inviolables de éste, si decide no declarar, no confesarse culpable.

La realidad es que el detenido quiere ejercer su derecho y que después unos cambian misteriosamente, de opinión y otros cambian su opinión, misteriosamente.

Impedir estos repentinos cambios de humor de los detenidos, dado que es el estado el garante de los derechos del ciudadano delincuente y de su presunción de inocencia, es éticamente sencillo: basta con respetar el derecho a no declarar, a no confesarse culpable. Se evitarían así algunas dudas razonables.

Algunos más que declarar cantan solos; seguramente porque el tiempo que se puede tener a una persona legalmente secuestrada es mucho mayor del que cualquiera es capaz de soportar, encerrado en un calabozo, simplemente existiendo. ¿Se imagina usted a sí mismo detenido por error? (puede pasar).

Acepto el secuestro legal por necesario, entiendo que el proceso debe o puede llevar un tiempo y que la simple negativa a declarar no puede suponer, de facto, que el detenido deje de estar bajo control del estado. En muchos casos es necesaria la incomunicación y hasta el secreto sumarial. Es cierto.

Tal vez bastara con incomunicar al detenido en una prisión durante las prorrogables 72 horas; así ejercería su derecho a no declarar, a no confesarse culpable, permaneciendo bajo el control del estado no impidiéndose con ello que se practiquen otras diligencias y, lo que es más importante, no quedando el detenido bajo custodia de aquellos que han de aportar las pruebas contra él, de aquellos que en muchas ocasiones son la prueba contra él. No hay que olvidar que en este tipo de procesos, alrededor del delito, siempre han existido dos certezas, la policial y la judicial (la legal), no siempre coincidentes.

Consecuencias: los detenidos no podrían acusar de torturas a quienes ejercen el obligado deber de la represión y los torturadores, si los hubiera, no tendrían sobre quien ejercer sus frustraciones; los forenses se ocuparían de enfermedades comunes y ningún detenido acabaría extrañamente en cuidados intensivos. Además cambiaría el guión de alguna película: “tiene derecho a no declarar, en cuyo caso permanecerá en prisión hasta su puesta a disposición judicial”. Y si quiere usted cantar pues oiga, cante.

Este tipo de medidas y otras como la implantación de micrófonos y cámaras en comisarías y juzgados, rara vez son tomadas en cuenta. Cuando un estado no cumple con sus deberes comienza a haber indicios de sospecha en todas sus actuaciones; después todo se tapa con dos bandos: o estás con los buenos o estás con los malos.

Y así no se puede.

Por cierto. Un etarra, ¿es un preso común?

lunes, 28 de enero de 2008

Por mis mejores deseos


Los ciudadanos en este mundo occidental capitalista aceptamos como un mal menor cierta restricción de libertades; más aún estos últimos tiempos de caza al terrorista. Así las compañías telefónicas, por ejemplo, estarán obligadas por ley a tener perfectamente identificadas a las personas que utilicen sus tarjetas pre-pago: la intimidad que vendían ha desaparecido. Con el objeto de ponérselo más difícil a según qué delincuentes, se acaba con el derecho que teníamos a una comunicación totalmente privada, se suponía. Y así vamos. Por seguir con el ejemplo, las compañías que nos sirven el milagro de internet (sí, milagro) han de guardar celosamente nuestros datos de conexión y tráfico, por si uno entre un millón es terrorista o por si nos denuncia las SGAE, empresa privada que gestiona legítimos derechos muy a su manera. Es actualidad que diversos gobiernos occidentales, así como en Bruselas y Estrasburgo, se muestran interesados en inventarse leyes que regulen los contenidos, y hasta el continente, de la red. Conviene pisar el suelo y recordar que cuando hablamos de gobiernos, no nos referimos a un ente abstracto sino a seres humanos, con nombre y apellidos. Son como usted y como yo sólo que sencillamente, manejan el cotarro. Nuestro cotarro.

La plaga de cámaras de seguridad nos convierte en actores de una película infinita pero de la que sólo disponen copia las autoridades, por si un día tienen que perseguirnos. Estas autoridades que son, como los gobiernos y a su servicio, personas como usted y como yo, curiosos, con sus virtudes y sus intrigantes defectos. Como usted y como yo.

Hay otros aspectos de la ley como la obligatoriedad del cinturón de seguridad que coartan la libertad de elección: un conductor es igual de peligroso amarrado que sin amarrar. O un motorista, mientras lleve gafas, con casco que sin él. Así para garantizar nuestra salud y un menor gasto sanitario para las arcas del estado, éstos intervienen.

Para ofrecer servicios, se cobra impuestos. Sabemos quienes pagan más y quienes pagan menos, igual que sabemos que el dinero llama al dinero en el mundo occidental. Normalmente.

No me cabe duda alguna de que toda política se ejerce en aras del bien común. Y reitero que no me cabe ninguna duda, por si alguien me cree.

Por otro lado vivimos el periodo de la historia con mayores alternativas, posibles. La sociedad está en disposición de influir directamente en los ámbitos de grandes tomas de decisión. Pero sólo lo intentan unos pocos: lucha contra la destrucción del planeta por grupos ecologistas, ONGs de ayuda a la cooperación y el desarrollo –de verdad, grupos anti-globalización y algunos más. Cientos de personan presionan con actos considerados ilegales, tal vez, pero es que cuando por lo legal se intenta, cuando nos dejan, los gobiernos ni caso: constitución europea.

En fin. Al hilo me pregunto: ¿no estamos todos de acuerdo que la Justicia Social es deseable, no queremos acabar con el hambre en el mundo, no pensamos que la guerra debería estar prohibida? ¿Es debatible? ¿Por qué los gobiernos no hacen nada al respecto? ¿Por qué se lo permitimos? Algo tendremos que perder.

Viendo National Geographic el otro día, sorprendían con un interesante documental sobre las personas con las mayores riquezas, económicas, del planeta. Efectivamente ninguno de ellos vivía nada mal. Me llamó poderosamente la atención uno forrado con el ladrillo, en Inglaterra. Entrevistado a pie de una inversión de sólo trece millones de euros (otras casi alcanzaban los doscientos millones, decía) aseguraba que esperaba sacar en cada negocio un 25% de beneficio. Echen cuentas.

Entonces me pregunté si no podían los gobiernos - o Estrasburgo, inventarse una ley que impidiera que un puñado de euros de millones de ciudadanos como usted y como yo, acabaran en una sola mano, para nada hambrienta. ¿No se obraría así por el bien común? ¿igual que pagamos impuestos, no se podían limitar los beneficios?

Vuelvo a pisar firme y me doy cuenta de lo utópico de mis palabras y de que el cambio, el gran cambio instado desde la propia sociedad, aquel que dé el protagonismo debido al pueblo más allá del mero acto del voto a una lista debidamente cerrada en tiempos de una bipolarización de casi lo mismo, el cambio que obligara a que se cumplieran los deseos de todos: ¡la paz en el mundo!, no llega, en este estado al menos, porque no lo permitimos.

¿Cómo? Votando.

Porque algo tenemos que esconder. Así que votamos en bipolar, no sea que algún otro político, de esos más cercanos al gran cambio hacia la justicia social, arrase. Podríamos optar por no votar ¿se lo imaginan?

Voy terminando que esta película también tiene un final: ¿se acuerdan del millonario inglés, el del veinticinco por ciento? Amasaba euros sí, pero lo que no conté es que los invertía en la lucha contra el hambre y construyendo colegios y hospitales allá donde las catástrofes naturales sesgaban miles de vidas de sus pobres semejantes.

¡Y yo pidiendo una ley que restringuiese sus beneficios!

viernes, 25 de enero de 2008

Aprendiendo de la nueva realidad

Cada día leo más, blogs. Antes tenía la insana costumbre de desayunarme múltiples diarios electrónicos, independientemente de que fueran de una tendencia política o de la contraria, así leía lo mismo en blanco sobre negro que en negro sobre fondo blanco. Que conste que cualquier color me encanta, por lo general, bastante más que el gris que invadía mi mente después de tanto batiburrillo y palabra, vacía. Hastiado seguí erre que erre durante mucho tiempo pues pensaba que de algún sitio había que obtener la información. Básicamente encontraba, en cambio, opinión. Sesgada opinión.

Aunque puede observarse una tendencia bi-polar también en la blogesfera (el PSOE algo ha intuido y parece ser que los blogs, algunos, formarán parte de su próxima fiesta, este fin de semana), ésta es más colorida.

Diréis algunos que muchos blogueros poco se distinguen de los medios, o que son una copia mal escrita de estos expertos. En cuanto a la falta de argumentos, ¡por supuesto! Pero no me importa; es tan grande el espacio que todos compartimos, en la red, que descartar es bien sencillo. No pasa lo mismo con los medios, más bien escasos y siempre al servicio de.

Por ello voy confeccionando una lista de blogs favoritos que visito, si puedo, a diario. Puedo enfadarme, mosquearme e incluso irritarme con las palabras de un tertuliano, puede éste (independientemente de lo que él se crea) convertirse en persona ruin, falaz e insana a mis ojos porque es un profesional que no cumple las mínimas exigencias deontológicas, nunca. Por el contrario, jamás tengo esas apreciaciones, cuando las palabras son, como éstas, amateurs. Me gusta lo amateur, por puro, por sano, por discreto. Porque prefiero el aficionado al profesional; y lo siento chicas: el lenguaje es muy machista; bien sabéis que con esa sensibilidad tan innata vuestra, lo mejor de una mujer es lo mejor de lo mejor.

Así es amigos que un servidor aprende día sí día también de todos vosotros, independientemente de que compartamos opiniones o no. Con el tiempo, si hilas fino, encuentras en la red quien te ofrece noticias sin masticar, o digeridas con argumentos que no tienen por qué suscribirse, normalmente bienintencionados. No hablemos ya de las noticias que profesionalmente se silencian, aquellas de las que antes era imposible saber nada.

En resumen: ¿Qué un medio es un calco de la línea oficial? Tragas porque no hay otro, o el otro es igual. ¿Qué un blog es un calco de la línea oficial, mediática o de partido (que es lo mismo)? Te buscas otro, lo hay.

Percibir la realidad a través de vuestros sentidos es, honestamente, un placer. Gracias. ¿Superaremos algún día la audiencia de los medios digitales? ¿Os lo imagináis? ¡Qué orgasmo, mental!

jueves, 24 de enero de 2008

Somos el sistema, ¿o no?

Soy débil: hace tiempo que me propuse dirigir mis palabras hacia asuntos más importantes que la política profesional; sucede sin embargo que una mañana te asomas a la prensa, cualquiera, te encuentras con ciertas afirmaciones y acabas sucumbiendo a los deseos más ocultos y mundanos; como ya he afirmado otras veces, entras al trapo.

Pero no sólo culparé de ello a la clase política sino también a la prensa, a cierta prensa espejo imperfecto en el que se refleja la perfecta realidad; sí, dedican a veces su tiempo y espacios a dar cuenta de otro tipo de noticias, esas que normalmente venden menos e importan más que la mayoría de sandeces con las que se nos obsequia a los obsesos de la información política, a aquellos que luchamos subjetivamente por distinguir el polvo de la paja; constituyen auténticos poderes fácticos que, como también he sugerido en algún artículo anterior, se deben sólo a su cuenta de resultados: no son sino empresas en un entorno capitalista, ya me dirán. También conocemos lo bien que se vende calidad desde los medios: aquí, a tomatazos.

La mayor parte de la sociedad pasa de los políticos, según parecen acertar múltiples estudios y encuestas sociológicas. A la hora de ponerles nota, para más inri, la inmensa mayoría suspende; pero ahí están, sin que los mueva nadie -se ve que con tanto cate no paran de repetir. De lo que opinamos de los medios nunca he sido interrogado (ayer llamaron a casa, encuesta telefónica. Sólo me cuestionaron sobre la política y sus líderes). Posiblemente respondiendo a la amable encuestadora, hoy también votante -ella, participé del sistema, otra vez.

Creo que ese es precisamente el problema: que pasamos de ellos pero participamos del sistema, normalmente de forma pasiva e influídos por ciertos beneficios empresariales, privados (los medios). Así nos tratan con merecido desprecio, nos usan y nos tiran al cubo de la basura, al menos hasta las siguientes elecciones. Aceptamos titulares ya pactados y tendemos, en función de nuestra ideología, a justificar cada una de las sandeces de nuestro candidato. El que lo tenga. En períodos como el actual, pre-electoral, nos dan la tabarra a más no poder: intentarán convertir ideas en argumentos o dogmas de fe, organizarán debates que todos seguiremos e instigarán al voto, útil o inútil pero voto al fin. Pedirán a gritos el 80% de participación y nos convertiremos todos en votantes por unos meses. Exactamente igual que sucede ahora. A partir del día 10 de marzo recuperaremos nuestro status de ciudadanos, antes quien más impuestos pague.

Entre tanto los medios se sirven de la clase política y la clase política se sirve de los medios, así llegan todos a fin de mes, normalmente sin problemas. Lo molesto es la forma en que lo logran, gracias a todos nosotros que somos quienes mantenemos su status, somos sus simples y llanos consumidores. Da igual que una editorial se sustente en la mentira, hay ocasiones que cuanto mayor es ésta mayor es el beneficio económico. Nadie va a pedirles cuentas.

Y tragamos y tragamos y tragamos.

Cuando esta mañana me disponía a escribir al respecto de algunas declaraciones que publican los medios, sin filtro alguno, me pregunté si desde estos foros impulsamos también este sistema imperfecto y cerrado que se convierte en realidad en una oligarquía (clase política dirigente y nada cambiante), eso sí bien monárquica. Da igual que en la casa real habite hoy una familia de multimillonarios que han construido su fortuna por la gracia de dios y sin arriesgar un euro, porque pensamos como hay que pensar, como nos dejan pensar. Nos lo hemos ganado con esta democracia a cambio de entregar (que no otorgar) el poder a una clase política construida sobre los medios (empresas privadas, no lo olvidemos); así ellos se lo guisan y ellos se lo comen.

Cada vez que un tertuliano o un político abre la boca y uno corre a intentar tapársela forma parte del espectáculo que, como canta Queen, must go on!; no sé si es una duda o una afirmación. En cualquier caso y sin tenerlo aún muy claro (hasta qué punto se es partícipe de algo en lo que honradamente no se cree) hoy dejaré las frases, aquellas que hacen que entre al trapo, sin comentarios.

Rajoy a Ibarretxe: "La ley es igual para todos, desde el rey hasta el último español".
Esperanza sobre Pizarro: "No viene a servirse del partido, sino a servir al partido".
Aznar: "un mentiroso no debiera poder presentarse a presidente del gobierno".
¡Buen día!

martes, 22 de enero de 2008

Perro mundo, occidental.

Perro mundo.

Leo ¡quien me manda a mi a estas horas! en la prensa una noticia de esas que desde su origen son una tragedia humana. En este caso además fruto de la sinrazón, de la locura, del engaño, del odio y de la violencia. Y del capitalismo.

El 24 de marzo de 1995, en Rentaría, una furgoneta de la Ertzaintza indebidamente preparada (parece ser que las ventanas eran de puro cristal y rompían con la mirada) fue objeto de una emboscada ruin, colérica y sin sentido.

No sé cuánta gasolina y ácido recibiría el vehículo, lo suficiente sin duda. Conocemos el resultado. Los agentes heridos de gravedad saltaron del mismo como pudieron, tuvieron que desencajar una puerta a golpes mientras ardían sus ropas. Uno de ellos, ya en el suelo, sacó su arma; parece ser que la empuñadura de plástico, quemada, se le pegó en las manos que ardían aún. Jon luchó por su vida con quemaduras en el 75% de su cuerpo. ¿Conocéis a alguien que haya sobrevivido en tales circunstancias? Jon lo logró, sobrevivir. Vivir habrá sido distinto. El resto de agentes también sobrevivieron, así como dos jóvenes que resultaron arrollados por la furgoneta que ardiendo circuló sin control hiriéndoles también a ellos de gravedad.

Detenidos los culpables, recibieron una primera condena de 5 años. Posteriormente el Supremo elevó la pena a diez.

Hoy sin duda hubieran sido muchos más años.

Han pasado ya los diez años y estoy seguro que alguno de los autores continúa en el talego o está por volver cegado por la misma sinrazón.

Entonces, uno de los agentes atacados declaró en la vista, entre sollozos, que no pudo detener a un encapuchado “porque sus brazos estaban ardiendo” y que “sólo pudo verle los ojos”; hoy, el mismo agente ha de volver a pasar por la traumática experiencia de recordar los hechos.

La seguridad social que le lleva atendiendo desde entonces, teniendo diagnosticado un stress post-traumático con trastorno de personalidad que ha empeorado con el paso de los años, ha solicitado reciba la invalidez absoluta, lo que supone una jubilación anticipada con el 200% del sueldo base, como corresponde a un accidente de trabajo por atentado terrorista.

La mutua, que paga, considera que su caso no es un accidente de trabajo.

Así es que diez años después no queda otra que el agente tenga que volver a levantarse y ante otro juez relatar de nuevo aquel trauma. Esta vez en el banquillo de enfrente no hay terroristas, hay una empresa, una empresa privada.

Perro mundo, occidental.

lunes, 21 de enero de 2008

Ejercicio político

Esta mañana me he levantado con ganas de hacer ejercicio. El sábado decidí que no iba a echarme atrás como siempre pasa. Aún estoy sudando, pero ha merecido la pena.

Tirado en el sofá, conversando con las plantas –tal vez por ello, pero no-, llegó la hora de las noticias. Da igual la cadena, no la recuerdo. Por la hora la sexta, pero qué más da. Esperanza: “Pizarro viene a servir al partido, no ha servirse de él”.

Joder, ¡y eso es noticia!

Pizarro lo ha hecho, dice, porque no podría mirar a la cara de las víctimas, si no. Y punto.

¿Dónde miraba hasta ahora? Parece que hasta estar bien forrado no se había enterado que éstas existían. No digo ya si fuera cierto lo del ofrecimiento de Aznar de hace unos años, que lo es. Entonces lo de las víctimas estaba por hacerse, claro. Recuerdo luego que se presenta por el PP y se representa a sí mismo; entiendo todo, digo… entiendo que utilice a las víctimas en su discurso.

Joder, no ¡no lo entiendo! Otra cosa es que esté acostumbrado.

A lo que iba, el ejercicio, sin chándal, en Google, escribo sudoroso: “Esperanza Pizarro a servir”. Cerrar comillas. Intro. Comienza y acaba la carrera: Resultados 1 - 10 de aproximadamente 44.600 de esperanza pizarro a servir. (0,22 segundos). Este blog ni aparece. ¡Y yo esforzándome por sudar hoy un poquito!

Resultados de la carrera, clasificación por puestos: la SER, Europapress, Diario Noticias, Terra, La Rioja, La voz de Galicia, Público, Estrella Digital, El Correo, Galicia-hoxe , La opinión de Zamora, El País. Y después: Federico, Pedro Jota y el blog de un Periodista Digital. 13, 14 y 15 puestos.
Visto lo cual Esperanza ha vuelto a meter la pata.

Joder, ¡eso ya no es noticia!

Lamentable, en fin… ¿viva esta democracia?

Al menos queda el consuelo de que este fin de semana he jodido y me han jodido por igual.
Y perdón por joder tanto.

viernes, 18 de enero de 2008

Incivilizados

No había dicho ni mu, a raíz del encuentro celebrado en Madrid estos días pasados en el marco de la Alianza de Civilizaciones. Y ya es hora. No porque sea precisamente este el momento adecuado, que siempre debiera serlo, sino por lo leído y oído al respecto, hasta hoy mismo.

Existen quienes critican la propia denominación de la Alianza de Civilizaciones, así parece que el problema es el nombre, ridiculizan ambos vocablos y de ahí no pasan. No perderé un minuto en reflexionar sobre ello pues tal actitud no merece siquiera respuesta. Es la negación por la negación. Básicamente son gentes descontentas no con Zapatero sino porque Zapatero es el presidente del gobierno, y no otro.

Existen otros, aún críticos, pero con más miras. Más mundo, parece. Son quienes afirman que a través de dicha Alianza los gobiernos democráticos y occidentales validan y justifican prácticas como, por ejemplo, la ablación. No son capaces de mirar en viceversa (¡cuánto uso esta empática metáfora últimamente!) y darse cuenta que ellos, los otros, también han de pasar por el trago de buscar puntos de encuentro, en base al respeto a los derechos humanos, con aquellos que, por ejemplo, les bombardean o han bombardeado y con ello asesinado cientos o miles de civiles, sus patriotas, su pueblo. Así ven en La Alianza de Civilizaciones una especie de última oportunidad que algunos políticos mundanos otorgan a terceros países. Esté la ONU de por medio o no. No son capaces de pensar que todos somos iguales, que el mundo es de todos, y que los sonrojos debían de ser nuestros.

Tampoco son capaces de entender que sólo a través del diálogo se puede llegar a acuerdos y se puede enseñar: educar. ¿Acaso no han existido prácticas socialmente aceptadas que atentan contra los derechos más básicos de las personas en occidente? Muchos de los que critican debieran examinar firmemente sus conciencias y ver si apoyan la pena de muerte o la incomunicación de los detenidos, por ejemplo.

Entre estos destacan quienes, sin ser nadie, se pasan la vida mirando por encima del hombro de aquellos que han tenido a bien, normalmente a mal, nacer en países con civilizaciones muy distintas a la europea u occidental. Son todos aquellos que creen que somos el ombligo del mundo y que por ello hemos decidir como ha de organizarse el resto, qué sistemas políticos deben tener, de quienes deben ser sus elementos de producción, quienes deben gobernarles, etc., etc., etc…

Los que hacen burlas y mofas cuando algunas personas de ciertos gobiernos y estados así como muchos intelectuales y humanistas de otras tantas nacionalidades, promulgan el diálogo como la base del entendimiento futuro entre iguales (todos seres humanos), son los mismos que aceptan las guerras y las disculpan; son aquellos que siempre tienen un argumento político contrario que sienten como la verdad absoluta, como palabra de dios. Son aquellos que critican que el gobierno reciba delegaciones de China o Turquía y que aplauden cuando el Borbón, pobrecito él, pasa la nochevieja rodeado de jeques y de lujo.

Al hilo con lo anterior y para finalizar una última reflexión, más allá de la Alianza y dirigida a todos aquellos que con argumentos variados -algunos válidos, critican el trato oficial que se dispensa a los representantes de distintas dictaduras o de países donde existe una visible vulneración de los derechos humanos: me gustaría recordarles aquello de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”, o lo que es lo mismo les preguntaría ¿está usted seguro de que en su país se respetan los derechos humanos? Miremos primero nuestro ombligo. Dejemos a la clase política realizar su trabajo, deseemos que ejerzan la crítica correspondiente cuando toque y comprobemos que así se hace, apoyemos cualquier muestra de diálogo, cualquier esfuerzo de entendimiento y si no luego, al llegar a casa, tiremos todo lo “made in China” por la ventana. Para ser consecuentes, digo.

jueves, 17 de enero de 2008

No lo tolero

Camino al trabajo me he cruzado esta tarde con un joven, no tendría 18 años. Su cara era redonda, más bien menudo, su tez más morena, caminaba deprisa y dibujaba una sonrisa en su rostro. Era más bien bajito. Sin encontronazo, al llegar uno a la altura del otro nos hemos esquivado mirándonos a los ojos; no descubrí en ellos el síndrome de Ulises (*) , sino ilusión y esperanza.
Acercándose la noche, en terapia: en el bar sobre la playa y junto al mar, rodeado de otros buenos pacientes, el Athletic peleaba por seguir tomando copas. Entre nosotros, un hombre adulto, oscuro, fuerte, que como en otras muchas sesiones llegaba cargado de collares, pulseras, mecheros... ya se sabe. En su cara la sonrisa blanca, enorme, más aún al finalizar el encuentro. Un aficionado más, protestón, entusiasta, ilusionado que esconde una historia real, que intenta olvidar labrando un futuro para él y los suyos.
Llegando a casa recordé al primero. Y después otras muchas caras, otras muchas vidas. Personas todas que viven en el constante sacrificio de la lejanía y el esfuerzo constante. Personas que construyen y que enseñan, también.
Sigo sin comprender el racismo.
No lo tolero.

(*) http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_Ulises: El Síndrome de Ulises, también conocido como síndrome del emigrante con estrés crónico y múltiple, es un síndrome de naturaleza psicológica que se caracteriza por un estrés crónico que viene asociado a la problemática de los emigrantes al afincarse en una nueva residencia. El nombre viene variado del héroe mítico Ulises el cual, perdido durante muchísimos años (diez según Homero) en su camino de vuelta a Ítaca, añoraba su tierra de origen pero se veía imposibilitado de volver a ella.

miércoles, 16 de enero de 2008

Sólo palabras

Entré al trapo.

Amanecimos, los que tenemos el privilegio de madrugar a las once de la mañana, con Pizarro encabezando las listas del PP por Madrid, con ironía: siendo mal pensados podría acabar a lo Joaquín Almunía, Rajoy. Pizarro el conquistador, el tiburón mediático, el anticatalán, el economista liberal, el experto en multinacionales, auténtica oposición al gobierno de la legislatura, el germano, sí. Pero, ¿y el giro al centro?

Lo escucharán de sus bocas. Serán sólo palabras.

Pero yo se lo cuento.

Anochece. Él, el giro al centro, como un servidor, aún está despierto. Igual leyendo. Pero seguro que en un momento se distrae, mira cielo (vamos, al techo) y se pregunta ¿qué hice mal?

Entonces repasa: ¿Dar la palabra a unos ocupas, cederles mi atril para que protestasen contra la guerra de Irak? No, no puedo ser castigado por defender la palabra, en democracia. ¿Celebrar bodas gays? No, en el PP no se castiga cumplir la ley. ¿Ejercer la libre crítica dentro de un partido democrático? No, no puede ser, en democracia. ¿Tres mayorías absolutas? No, para eso me pagan. ¿Ponerme a la entera disposición de mi lider, en público y en privado? Imposible, eso ha tenido que gustarle. ¿Será por lo del helicóptero?

Y mañana despertaremos. Él también.

Y las portadas titularán que deja la política. Y muchos de aquellos que le votaron le llamarán traidor y trepa. La culpa de las listas cerradas claro, eso sí, en democracia. Un servidor no dirá nada al menos hasta escuchar de su boca que es verdad y atender sus argumentos. Sólo entonces, y entonces igual aplauda; si resultará así mucho me temo que no dejará el ruedo a hombros como Josu Jon.

¿El giro al centro? se preguntarán. Serán sólo palabras. Algunas ya las lleva el viento.

Iba a finalizar aquí, cuando leo que el Sr Alcaraz y su asociación, opositores a la limón en asuntos de interior del gobierno, del central y del vasco, estos últimos años, van a recibir una subvención del gobierno, del vasco; subvención que se destina a las asociaciones de víctimas del terrorismo, habiéndoles correspondido la máxima cantidad otorgada a cualquier organización.

Sin hacer mucho esfuerzo recuerdo al Sr Alcaraz afirmando sin excrúpulos que aquellas asociaciones de víctimas que apoyaban las convocatorias contra ETA que el gobierno vasco hacía, se vendían por un plato de lentejas. La literalidad de sus palabras fue "para poner luego la mano".

Es triste ver como este amigo de Inestrillas se acaba vendiendo, a aquellos que desmiembran el estado y defienden a los terroristas y a sus familias, por un plato de lentejas, 48.000 para ser exactos.

Palabras, serán sólo palabras. Y siempre, las mismas caras.

martes, 15 de enero de 2008

Para dar las gracias.

Puedo renunciar a escribir sobre los acontecimientos políticos de cada día, de hecho oportunamente me lo planteo. Pero he cambiado. No hace mucho necesitaba desahogarme constantemente, opinar, discutir, entrar al trapo… Pensaba que así nunca me saldría una úlcera.

La vida enseña y si queremos aprendemos. Como yo con vosotros, todos.

Ayer, ahora que ha llegado a casa la tv-digital, pasé media tarde absorto de documental en documental. NaTional Geographic y Natura resultaron una agradable compañía. Recordé que no hace mucho, pagando una pasta ahorrada desde antiguo, tuve la fortuna de vivir una experiencia única en la Isla de Coco, Costa Rica.

Allí no había ni teléfono y sí una vida a bordo durante 10 días; con franceses, japoneses, italianos, yankees –sobre todo, ingleses…, dos fotógrafos costarricenses (hoy dos hermanos) y una tripulación medio tica medio nica que se convirtió en familia. Disfruté con mantas, tiburones, tortugas, morenas, langostas, bancos de túnidos, delfines… ¡cuatro veces cada día, con sus noches! Viví como un pirata en la isla del tesoro. Salté desnudo desde la proa del barco ni sé las veces. Nade desnudo. Leí cuatro libros, cientos de páginas sobre el cielo más inmenso y el océano más pacífico. Me olvide de todo sin olvidarme de nadie.

No renuncio a volver, acompañado.

Está bien he cambiado.

Pero sigo sin soportar argumentos de tertulias políticas que insultan, que me dicen “eres tonto”. Así que amigos me temo que seguiré entrando al trapo, aún más sereno.

Sirva esta entrada para dar las gracias a mis escasas pero auténticas visitas; a vosotros un fuerte abrazo. A ellas un beso.

lunes, 14 de enero de 2008

El egoismo, pecado.

Hace unos minutos me he topado con una triste realidad. Alguien en la blogesfera me ha recordado que “el egoísmo no es delito, es pecado”. Y aunque tal aseveración está inspirando estas líneas críticas, intentaré ser igual de respetuoso con todos aquellos, católicos o no, que creen en los pecados capitales, en veniales y mortales. Ha de saberse que habré de esforzarme debidamente para conseguirlo; entiéndase que soy de los que está más por creer que el catolicismo es un negocio (lo ha sido y, si lo consentimos, seguirá siéndolo) que el fruto de la vida y milagros sinceros de un personaje histórico como Jesús de Nazaret, que seguramente predicó en forma y manera muy distinta a la manera de la curia vaticana, pecaminosa por histórica excelencia.

Creo que hay que respetar los credos. Pero también creo en viceversa: que los credos deben respetar a las personas. Algunos, humillan.

No sólo por mostrar al ser humano ruin, débil, inseguro y necesitado de dios, de un dios. Sino también porque predicar en el siglo XXI basándose en metáforas que durante siglos han sido aprovechadas como dogmas de fe, resulta ridículo. Ya he escrito algún artículo en este blog insinuando que una reforma bíblica tampoco vendría mal. Al ritmo que avanza esta sociedad occidental, deberían tener más vista y adaptarse, o desaparecer; más aún si tratamos lo referente a las enseñanzas que reciben los niños, que aprenden que al dios todopoderoso y bondadoso hay que pedir perdón porque de lo contrario te castiga con el fuego perpetuo del infierno o, sencillamente, te quema vivo, te ahoga o te convierte en estatua de sal. Paradójicamente durante siglos nos han enseñado a pedir perdón por existir, nos han cobrado indulgencias con las que satisfacer su propio egoísmo, mientras ardían en la hoguera los infieles de verdad.

Y el egoísmo, al parecer, allana el camino de regreso al averno. Y digo bien, ya que si ser egoísta es ser un pecador, no cabe otra sino que los hijos que paren las que fueron vírgenes ante dios y ante los hombres, hayan sido concebidos antes por lucifer que por cualquier otro, dios. Por eso nacemos egoistas y somos retratos de dios.

Incongruencias, incongruencias e incongruencias que sólo tienen cabida bajo la excusa de la fe. Negar al ser humano el egoísmo es negar su naturalidad, su esencia; predicar que el egoísmo es pecado es vergonzoso, vergonzante y denigrante para el ser humano, sobre todo si quien te ha de juzgar lo tiene todo, es omnipresente y todopoderoso, o casi, como la curia vaticana.

Llegado el final dos anotaciones: aquellos que consideren que no he sido debidamente respetuoso, como prometía, decirles que he intentado expresarme con benévola intencionalidad, no de forma irrespetuosa.

Y segundo: ¡no seamos egoístas!

domingo, 13 de enero de 2008

Don erres que erres...

Ha concedido Zapatero una entrevista a P.J. Ramírez que aparece publicada hoy en el diario que dirige este último. Dicen que entre preguntas y respuestas anduvieron ocho horas dándole a la matraca. Y eso que, se supone, son dos enemigos políticos. Da igual que uno se dedique a dirigir un periódico, porque más parece un político del PP, así que bien le habrá venido el asunto a ZP para preparar los próximos debates, electorales. Lo cierto es que sin ánimo concreto he leído la entrevista. Con el mismo ánimo me he quedado después.

Pero no todo el mundo se ha quedado igual, así la derecha desde cierto medio digital no ha tardado ni un minuto en opinar al respecto. Me cabe la duda de si a alguno de los artículos sobre la citada entrevista han tenido que quitarle el polvo. Y es que es, siempre, la misma matraca, da igual lo que digan u hagan, unos y otros.

Así resulta más evidente lo que ya era evidente. Para unos y para otros.

Tanto medir las palabras, tanto elegir las respuestas. Unos y otros.

Dan grima. Aquellos articulistas y tertulianos que no sorprenden por sus palabras, dan grima. Aquellos que nunca enseñan nada nuevo, dan grima.

Dan grima sí, pero viven de puta madre y además, como la Fuster, creen que nos importan.

Corolario: si aún no ha leído la citada entrevista hágalo sin permitir que nadie se la interprete; ahora bien, si por pereza o falsas convicciones, está acostumbrado a que piensen por usted, no pierda el tiempo que ocho horas dialogando son un tostón.

viernes, 11 de enero de 2008

Mayoría absoluta, ¿por qué?

Andan revueltos en el PSOE con las próximas elecciones generales y se entiende: son los que más tienen que perder. Así desde algunos blogs y desde el propio partido, imagino, se ha iniciado una campaña para que se alcance el 80% de participación, ahora que parece que las encuestas dicen que su electorado está menos movilizado que el del PP. Seguramente sea así porque éstos han demostrado tener mal perder y no piensan en otra cosa desde hace cuatro años: que haya que volver a votar. Lo que no sé es como lo van a hacer si no logran mayoría absoluta después de una oposición tan solitaria; que un servidor no lo sepa, que conste, no significa que no puedan hacerlo. Aplaudiré cualquier pacto, me gusta esa palabra.

Y por ahí va mi intervención de hoy, que resumiré en una afirmación sobre la cual intentaré aportar mis argumentos: antes un gobierno de pactos que una mayoría absoluta, por favor.

Motivos:

- Una mayoría absoluta es como una legítima dictadura, con fecha de caducidad; lo que no tiene que ser necesariamente perjudicial si en el partido mayoritario existe una real democracia interna, no así si lo que existe es un líder indiscutible cuya palabra es “la voz de dios”, en cuyo caso cuatro años de carta blanca son normalmente una desdicha para la gran mayoría que o ni vota o ha elegido otras opciones. (Cabe recordar que con casi 45 millones de habitantes, el voto de apenas 10 millones concede el privilegio de gobernarlos a todos).

Pero los partidos insisten en continuar con las listas cerradas, cuando la elección es más democrática si se realiza sobre listas abiertas.

- A quienes afirman que “el partido” es la garantía les recuerdo que hasta Hitler que se sustentó en su propio aparato de partido, y Castro, y Chávez, y…

- A quienes sostienen que la caducidad del mandado es la garantía que se acuerden de Bush y vean lo que se puede hacer con cuatro años libres por delante.

- Huelga decir que desde una mayoría absoluta se prepara mejor terreno para la siguiente elección, salvo que seas un mentiroso electoralmente compulsivo. Y esto último me lo ha enseñado la historia reciente.

- La lógica aritmética (diría que hasta la lógica democrática pero ésta, al contrario que la primera no acostumbra a dar una única solución): ¿un presidente multicolor sustentado por el voto plural de 15 millones de personas (un político hubiera preferido la expresión votantes, así nos ven), o un presidente monocolor al que han apoyado 10 millones?. Creo que, aunque igualmente legítimos, es preferible la primera opción.

Sucede, sin embargo, que los pactos, los diabólicos pactos, en su mayoría lo son con aquellos que convierten España en un estado plural sin estar muy convencidos de permanecer en ella o de gustar como ésta les trata.

Sucede además que cuando el que pacta es el otro cede al chantaje, así son las minorías quienes gobiernan. Argumento zafio que curiosamente está en boca de políticos de todos los colores, hecho que debería servir para invalidar la idea de la sumisión constante de Goliat a David, antes siquiera de que éste lánzara una piedra.
Tal vez sea un sentimiento romántico el de aquellos que pensamos que los pactos en política consiguen que la democracia sea algo más que depositar un voto en una urna, pues no son sino el reflejo evidente de la sana convivencia, del entendimiento y acuerdo entre quienes con la palabra defienden distintas realidades; existiendo tantas sensibilidades está claro que el status quo ideal dificilmente podría alcanzarse desde una sola óptica política, igual con la unión se consiga la fuerza.

jueves, 10 de enero de 2008

mentiras o torturas

Vaya por delante, y para evitar suspicacias (alguna ha habido en algún blog de las cual si puedo daré cuenta), que condeno el terrorismo como medio para alcanzar cualesquiera fin. Hasta allá donde se me exiga condenar.

Con la misma sinceridad manifiesto que no tengo ningún dato objetivo (los de los medios, honestamente, no lo son por contradictorios, así es mejor no creerte a ninguno), para afirmar que los dos últimos detenidos han sufrido algún tipo de violencia, más allá de la proporcionalmente necesaria en cualquier detención; considérese esta úlmima aseveración realizada con plena consciencia y dejar claro que con el sentido común y lógica por argumentos considero necesario que en algunos casos la policía use la violencia como medio represivo. Igualmente afirmo que un porcentaje altísimo de las detenciones, incluidas las de miembros de comandos terroristas, se realizan "pacíficamente".

Vamos, que no tengo ni la más mínima idea de si antes, durante o después de que la Guarcia Civil practicase estas dos últimas detenciones se ha ejercido una violencia proporcionada, o desproporcionada.

Ahora bien, escuchando al ministro Rubalcaba dar las exigibles explicaciones tras conocerse las lesiones que los dos terroristras presentaban, y juzgándolas conforme califican cada una de sus palabras, estoy esperando escuchar a Federico Jiménez Losantos, a Pedro Jota o a otros ínclitos como Migel Ángel Rodriguez, afirmar que existe una conspiración para evitar que se investiguen las torturas practicadas, pues no habrán podido sacar otra conclusión de las palabras del "ministro de los GAL".

martes, 8 de enero de 2008

Lo que quitan los hombres no lo devuelve dios.

Está dando mucho juego la Concentración a favor de las familias, católicas, apostólicas y romanas, además de cristianas que presididas por monseñores, cardenales y obispos tuvo lugar el pasado 30 de diciembre en Madrid con su correspondiente asistencia.

Quiero aprovechar la ocasión para hacer un inciso y gritar: ¡viva la “blogesfera”! o como quiera se denomine. Con la curiosidad del ser político que soy (a ratos), he leído al respecto bastante. Opiniones como la suya o la mía que, aunque todas partan de las indudables influencias recibidas o aceptadas por cada cual, son muchas veces más interesantes que las vertidas en las tertulias radiofónicas compuestas por personal más o menos amaestrado y previsible, o por aquellos que entre sí se denominan intelectuales.

Pero internet, de momento, políticamente hablando es imprevisible y plural (en un primer momento escribí "democrático"), y no soy más que un humilde ciudadano que intenta tener ideas propias.

En un comentario a un artículo de uno de esos blogs (una lástima no recordar en cual para colocar el merecido enlace, sorry), alguien se preguntaba contra quién tenía que defenderse el matrimonio canónico.

Contra nadie, si acaso contra sí mismo, he concluido. Nunca contra un gobierno. Menos contra la democracia, o contra el pueblo. Hablamos de un sacramento sagrado según el cual el dios cristiano, católico, apostólico y romano “une a dos personas en sagrado matrimonio hasta que la muerte les separe”; es más “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”, rezan.

¿Cuándo una política o una legislación humana ha intervenido en asuntos divinos? Al contrario lo divino (y los divinos) siempre ha influído en lo humano, en demasia. Ahí queda la historia.

Pido pues a los católicos que estén tranquilos, por favor. Que no vean fantasmas donde no los hay porque, que se sepa, nadie les impide ser lo que son, ir a misa, administrar sus sacramentos, organizarse a su antojo o predicar que la mujer “parirá con dolor y vivirá dominada por su marido”.

El problema real no es otro sino el pataleo eclesiástico por el poder (fáctico) que progresivamente ha perdido la iglesia dentro de un estado laico. Hay que partir de la base histórica y cercana de los paseos bajo palio del caudillo por la gracia de dios y ver cómo hoy, la máxima figura ejecutiva del estado, no lo es por la gracia de dios sino por los votos de mujeres y hombres, así no se debe nada a la iglesia y sí mucho al pueblo.

La esencia de la democracia según parece no gusta a dios, por eso los súbditos del sustituto divino, el Papa, convocan y protestan una y otra vez esperando el milagro: lo que vuelve a los hombres que dios se lo devuelva.
Y van dados.

lunes, 7 de enero de 2008

democracia; dime de qué presumes y te diré de qué careces.



A la clase política y afín se les llena la boca de democracia; a quienes viven de ella, lógicamente, más aún. Precisamente por ello son también estos últimos quienes la prostituyen y utilizan a su antojo, mientras los que sufrimos (en silencio como las almorranas) el estado del bien-o-mal-estar permanecemos pasivos y dormidos.

A todos aquellos que critican, al venezolano Chávez hay que recordarles que fue elegido por su pueblo. Hay quienes sugieren entonces que algunos estados no pueden ser considerados como auténticas democracias porque sus ciudadanos no votan con libertad. Basta pues con que un acto tan simple como meter una papeleta en una urna no sea ejercido de forma soberana sino bajo coacción para llegar a tales conclusiones. Ahora bien, si entendemos la coacción en su acepción pura como la “fuerza o violencia que se hace a alguien para obligarlo a que diga o ejecute algo”, habremos de entender que un pueblo vota coaccionado cuando, y dado que es raro ver a ciudadanos pistola en la sien ejerciendo sus derechos, actúa bajo el miedo a algo anunciado. (El miedo al contrario que los principales partidos políticos españoles explotan democráticamente de maravilla).

En Estados Unidos está democráticamente instaurada la pena de muerte en una gran parte de sus estados; también democráticamente se pueden adquirir armas de fuego (y de guerra) para acabar a tiros con todo aquel que infunde sospechas razonables… al que porta el arma. Y democráticamente uno puede pagar una pasta a un bufete para que convenza al jurado de que la sospecha era razonablemente fundada, o democráticamente no tenerla y acabar con buzo naranja en un corredor. Democráticamente también han sido sistemáticamente perseguidos quienes defendían posiciones cercanas al socialismo oficial, los comunistas. Democráticamente eligen gastar en armamento en un día lo que en todo un año en ayudas a los más pobres.

Hitler llegó al poder tras ser democráticamente elegido en unas elecciones libres. Democráticamente también optan algunos gobiernos por la guerra como modo de resolución de conflictos.

En España la sacra constitución obliga a no discriminar por razones de sexo, edad, raza, credo o religión, así habría de ser suficiente con hacer cumplir la ley, la sagrada ley, democráticamente establecida, y no según los casos, inventar una discriminación positiva hacia media sociedad en deprimiendo de la otra mitad que no sufre discriminación alguna, ni positiva ni negativa.

También democráticamente hay quienes promueven el bipartidismo (muchos son). Dicen que para no vivir sujetos al chantaje de las minorías hay que establecer un sistema electoral que las penalice, como si no bastara con la ley D’hont. Así la democracia consistiría en una sucesión de gobiernos de mayorías absolutas, monocolores, que podrían hacer y deshacer a su antojo, evitando negociaciones engorrosas con los enemigos de la democracia y de la patria: las minorías. Olvidan que negociación acarrea por definición cesión por ambas partes; como sólo saben mirar en una dirección, para aquéllos negociar no es un acto democrático, ni libre; es más democrática la mayoría absoluta de Aznar del año 2000, sustentada por los representantes políticos de diez millones de votos, que el gobierno de Zapatero que sin mayoría absoluta obtiene el pírrico respaldo de quienes representan quince millones de votos, más menos; y según.

Hay quien argumenta que democracia es la libertad de pensamiento, de voto, de expresión, de posesión, etc. La realidad es que esas libertades son democráticamente regladas por un gobierno sí y otro también.

Por definición propia la democracia es una doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno, y por acción el predominio del pueblo en el gobierno político de un estado.

La realidad es que el pueblo no predomina en el gobierno del estado; así se dice que los políticos representan a los ciudadanos que les han, democráticamente, elegido aunque luego pocos de éstos sean capaces de representarse, si quiera, a sí mismos. En cualquier estado.

Hitler (que también surge del pueblo y por lo tanto representa a éste en el gobierno) tuvo democráticamente legitimados sus discursos y sus violencias. Se supone.

Es más, la democracia, como ejercicio de voto -parece ser que es ése su mínimo denominador común, puede acabar consigo misma si quien alcanza el poder lo usa, democráticamente, para perpetuarse. En nombre de la democracia se puede también legislar que todo presidente autonómico que ose convocar un referéndum (un acto esencialmente democrático) acabe democráticamente en la cárcel.

Puede entenderse a la vista de los hechos que el simple y siempre manipulado acto electoral no es sino el camino establecido por las clases dirigentes para alcanzar el gobierno de un estado (que se dirá de demócratas), no una acción o un hecho democrático. Tras el recuento el ciudadano permanece a pan y agua hasta el momento en que los propios dirigentes establezcan o decidan enviarle nuevamente las urnas.

A todos aquellos que defienden la democracia como el sistema menos malo, habría que preguntarles cual de todas ¿la estadounidense, la centroamericana, la anglosajona, la centro europea, la española o la que más convenga en cada caso a la clase dirigente?

La democracia, en cualquier caso, no ha de entenderse ni como sistema político, ni como sistema de gobierno.

La Monarquía Parlamentaria lo es; pero ni siquiera por definición puede calificarse éste u otros regímenes parecidos de democracias por más que las normas establezcan que los ciudadanos votarán cada cuatro años, bautizando el acto como el de mayor libertad que puede ejercer el ser humano. Imaginemos un estado monárquico en el que el rey nombrase directamente, a dedo, a los parlamentarios para luego dejarles legislar. Ello no necesariamente debiera de ser una dictadura atroz: si los elegidos supieran escuchar al pueblo (no como los diputados actuales, en su mayoría) y empaparse en él, fuesen más honrados, honestos y profesionales, y capaces de defender la libertad individual, y hasta el 0,7%, ¿qué elegiría usted?

Imagino que entre los que contesten que elegirían votar no habrá ningún monárquico; sin embargo el sistema y la opinión están tan podridos y camuflados que mucho me temo que hay quien prefiere un regimen con voto o democracia aunque imperfecto por entender que es mejor la elección directa del pueblo (aún sobre listas cerradas) y luego ríe y aplaude al de “pero por qué no te callas”, impuesto él y su descedencia por la gracia de dios.

Yo soy más de los que piensa, a modo de García Trevijano, que el sistema actual es más bien una oligarquía monárquica. Si alguien piensa lo contrario que abra las listas y me lo demuestre.

Queda entonces saber qué es la democracia, más allá de esa mágica palabra que tanto emplean las clases políticas actuales: “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.

domingo, 6 de enero de 2008

El valor de la censura

Recuerdo una escena de “Cuéntame”, serie televisiva que tendrá también sus detractores, en la que Toni Alcántara, hijo de Antonio y de Mercedes, trabajaba ya en el diario Pueblo. No sé si compaginaba entonces los estudios universitarios de abogado con su labor de reportero, hace mucho ya del citado episodio, pero el meollo de la escena giraba en torno a las ganas de éste de contar “la verdad” tras una brutal y gris carga policial en la Universidad.

Tras presentar a su redactor un primer boceto del artículo que muchos podríamos imaginar, éste, poco más o menos que tirándolo a la basura, le mandaba redactar uno nuevo que pasase el filtro de la censura. Toni indignado ante su jefe al que no consideraba parte del sistema, grita: “¿qué quieres, que escriba que la policía de Franco ha tenido que reprimir y detener algunos alborotadores en la Universidad, y punto?“. Cuéntalo así, fue más o menos la respuesta,

Toni aprendió aquel día a jugar con la censura, aquella que olvidan muchos de los que critican hoy la democracia… democráticamente y añoran, no los tiempos, sino sistemas pasados más “autoritarios”.

Y es que como Toni aprendió, la mejor crítica de un sistema es la descripción de sus efectos sin espejos porque no hay nada más descriptivo que la verdad sin subjetivaciones. Así escribió: “la policía se ha visto obligada a reprimir con violencia a jóvenes universitarios que se han enfrentado a las fuerzas del orden, procediendo sus agentes a la detención de tantos estudiantes que han sido trasladados conforme a la Ley de Orden Público a dependencias oficiales, bla, bla, bla…”. Y mientras los censores no ponían objeción alguna, muchos españoles (padres de esos jóvenes universitarios, algunos) entendían perfectamente el significado de la noticia.

Treinta años después, aquellos que observan una realidad plural dentro de un estado laico, y no pueden contenerse, titulaban en la web de la emisora de los obispos: “Zapatero subraya que el "ADN de la democracia" es no imponer la fe y rechaza el mensaje de Rouco y García Gasco” (7-1-2008).

Sin censura.

Contra éste (Zapatero) y contra el Obispo de Bilbao, monseñor Blázquez, presidente hasta la fecha de la Conferencia Episcopal, que como el rey reina pero no gobierna, continuaban: “…(Zapatero) realizó una valoración positiva de las últimas declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal, …, que solicitó a los obispos que afronten las dificultades sin culpar a la derecha o a la izquierda. Zapatero aseguró que sus palabras fueron "razonables y sensatas".”

Se ve que los clérigos y súbditos de la cadena COPE dan por sentado que sus oyentes no dudan del carácter perverso de personajes tan oscuros como Zapatero y Blázquez, y ante unas palabras que suponen se descalifican por sí mismas, las reproducen como Toni Alcántara creyendo que en la dictadura socialista actual los ciudadanos sabrían distinguir el mensaje.

O han cambiado de bando.

Esta mañana, escuchando la misma opinión machacona de todos sus tertulianos, he reforzado la triste y vieja conclusión de que para algunos lo mismo son los grises reprimiendo jóvenes universitarios, que Zapatero afirmando que el ADN de la democracia es el respeto. Y es que ya se sabe que cuando todo el mundo piensa igual es que nadie piensa mucho.

sábado, 5 de enero de 2008

Lindezas bíblicas para niños


Extraído del libro “Biblia para los más jóvenes”, editorial Susaeta, capítulo dos: El Pecado, página 13:

“Después (Dios) dijo a la mujer:
- Multiplicaré tus sufrimientos. Tendrás hijos con dolor y tu dicha dependerá de tu marido, que te dominará.”

Tras serme depositado en custodia por los Reyes Magos, no he podido evitar echar una ojeada al libro antes de proceder a envolverlo en papel de regalo, cosa que aún no he hecho. Así he constatado que se trata de una narración en lenguaje sencillo de ambos testamentos, siendo algunas frases literales de la Biblia original. Manteniendo las dos premisas anteriores, el Nuevo Testamento se convierte en una sola narración que parte de distintos pasajes de los cuatro evangelios para relatar la historia de principio a fin. Así carece de las anotaciones numéricas propias, está dividido en capítulos y los distintos episodios aparecen titulados en negrita; es ésta una tercera premisa común a ambos textos.

Espero que seamos pocos los que suscribamos las palabras de Dios citadas.

Los que no tienen nada que objetar y bajo mi punto de vista queriendo defender lo indefendible, afirman con acierto que el pasaje corresponde al libro del Génesis que obviamente no ha de ser entendido en su literalidad y que hay que tener en cuenta la mentalidad de la o las personas que lo redactaron y el fin que perseguían. No les falta razón, insisto, pues es cierto que cualquier análisis histórico riguroso requiere practicar el sano ejercicio de intentar comprender los hechos a partir de las miradas, sentimientos y credos de sus propios protagonistas y no adaptarlos al gusto.

A este servidor le sorprende sobremanera que en pleno siglo XXI se siga explicando así la increíble metáfora del libro del Génesis y más aún a niños, como es el caso, de ocho años de edad.

Ello me ha hecho recordar que ya con siete años en los Jesuitas leíamos la Biblia y que aprendí lo que era la metáfora allá por primero de B.U.P (14 años). Así durante mucho tiempo creí por igual que Jesús había nacido en Belén una madrugada del 25 de diciembre, como que Caín había asesinado a Abel. Al menos algo más que en los Reyes Magos.

Propongo a la curia vaticana adaptar sus textos a los tiempos y explicar la religión a los niños desde un prisma más actual, más juvenil. Lo del lenguaje sencillo está muy bien, pero sería bastante provechoso que encontraran una nueva fábula que no cargase con contenidos, auténticas cargas de profundidad según qué criaturas, como el citado al comienzo. El antiguo libro del Génesis (y otras lindezas) podrían quedar en standby hasta la Confirmación.

viernes, 4 de enero de 2008

Educación sexual, fustración sexual

Escribía estos días sobre la Iglesia Católica, sobre la fe y sobre el sexo y mientras lo hacía entendía que si de sistemas reproductivos iba la cosa mal hacía mezclando Iglesia y placer, si no enemigos en esencia, sí contrarios, antagónicos o lo que cada cual prefiera.

Ya sabemos cómo siglos de educación católica han influido en las conciencias occidentales hasta el punto de vertebrar una educación sexual canónica real. Así el sexo ha de convertirse exclusivamente en un acto reproductivo, sin más. Y digo yo que dios tendrá la culpa de que al practicarlo sintamos en distintas medidas, placer. Placer del bueno.

Hay quienes ya adentrados en el siglo XXI, siguen manteniendo y practicando las posturas que dictan desde el Vaticano quienes, se supone, carecen de experiencia alguna. Para esos matrimonios (el sexo es pecado fuera de éste) no cabe sino el respeto a la forma de vida elegida, muy a pesar de que éste sea fruto de un adoctrinamiento fantástico.

Y voy llegando al meollo: si la naturaleza sabia está ahí para contemple, uso y disfrute del ser humano, si podemos llegar al éxtasis en la contemplación del firmamento, si podemos inspirar milagros sobre peces y panes, si somos imagen y semejanza del altísimo, si tenemos una capacidad sexual superior a la gran mayoría del mundo animal y un raciocinio que convierte el placer sexual en cuestión de evolución, experiencia y libre elección, si dios nos dotó de semejantes atributos ¿por qué renegar de ello y convertirlo en algo impuro? Es algo tan absurdo y anti-natura como el voto de castidad, carente de sentido como lo demuestran siglos de protestantismo y de hijos que en otras culturas acuden a la iglesia para escuchar, ciertamente, los discursos del padre, de su padre.

No es para nada criticable que quien quiera reniegue de su concepción sexual como individuo, lo escandalosos es que durante siglos, quienes predicaban el voto de castidad, y entre éstos también los que lo practicaban, han ejercido de conciencia de las masas pobres que no podían echar un polvo sin pagar la correspondiente indulgencia.

Para un servidor, siempre ha sido una cuestión de bastante hipocresía.
Considerando el adoctrinamiento ejercido a lo largo de los siglos por las distintas curias vaticanas en que la mayoría son pensamientos impuros, no es difícil imaginar porqué no nos damos el lujo y el placer de cumplir cuantas más fantasías sexuales, mejor. Y es una pena. Por eso abogo por respetar que cada cual elija y entienda el sexo en libertad (no impuesto) a su manera y que sin coacción ejerza una vida sexual como punto de encuentro y de respeto de identidades, gustos y deseos propios o compartidos,... por dos o más.

jueves, 3 de enero de 2008

Sobre la increible fe vaticana.


Volviendo al asunto que me trajo por estos lares que no es otro que divagar sobre distintas percepciones que tengo de la realidad, la que me rodea y absorbe cada instante, y posiblemente afectado aún por el cercano hecho de la muerte, intentando ser justo que no justiciero, redacté ayer una líneas en honor al Obispo de Tenerife y sus preciosas y certeras palabras dedicadas a adolescentes salidos que vagan por los mundos de dios provocando a todos aquellos que esconden sus vergüenzas bajo la misma sotana con la que ocultan sus partes íntimas o sexuales.

Vaya por delante que creo hasta rabiar en las personas; en todas aquellas que por casualidad, por el destino o por el simple ser de la existencia han obrado en mi presencia. Quiero decir que creo en las obras de la gente, en las obras que observo construir o ya finiquitadas. Así he conocido sacerdotes misioneros trabajadores por la justicia social (no tantos como laicos, sin que los votos de unos les conviertan en mejores, si quiera en distintos, de los otros), que son grandes personas dignas de elogio y admiración.

Hay quien se define como cristiano, católico, apostólico y romano. Cristiano por procesar la fe de Cristo (Jesús crucificado). Católico por universal. Apostólico por provenir de lo predicado por los apóstoles. Romano por el origen geográfico del germen de la religión que nos ocupa.

Así la Iglesia Católica según propia definición, es la congregación de los fieles cristianos regida por el Papa como vicario de Cristo en la Tierra. Y vicario significa sustituto. Así los apostólicos y romanos decidieron que una persona debía sustituir en la tierra al dios que comenzaban a adorar gracias al engaño de la fe. La fe cristiana surge así a la sombra del hombre, del buen hombre y del mal hombre. Tener fe cristina es creer te dicen, es la esencia.

Al contrario, es la excusa que intenta explicar lo ilógico, lo irracional y lo indemostrable. Uno tiene fe en que el Athletic se salve este año, también. La experiencia de años pasados demuestra que ello es ciertamente posible, por lo tanto razonable y lógico pues tres equipos se salvan cada temporada. Otra cosa muy distinta es lo que opine al respecto cada cual, lo que sueñe o lo que desee. Pero dejemos de lado la fe deportiva.

Existen quienes pese a que su existencia científica está igual de no demostrada que la de dios, tienen una fe ciega en la existencia de vida extraterrestre. Atendiendo a la razón pura de los sentidos uno levanta la vista por las noches y observa un universo infinito; la astrología y la astrofísica demuestran la existencia de galaxias y planetas por todo él. Creer en la existencia de un planeta habitado es una cuestión de fe, cierto, pero no ilógica.

Distintas entre sí, las religiones, a lo largo de los siglos, surgen como respuesta a la lógica pregunta del antes y del después de la vida, conceptos que van mucho más allá del entendimiento terrenal, inexplicables. Cada cual podrá tener fe en cualesquiera respuesta, la del todo o la de la nada, ambas igual de lógicas dentro de la ilógica de aquello que no puede someterse al entendimiento de la razón humana.

Así tener fe en el espíritu santo es un ejercicio igual de ilógico que tener fe en el diablo. La certeza de su existencia no es proporcional, siquiera, al número de personas que se manifiestan creyentes. Si acaso la fe cristiana consuele en los momentos más duros de la vida aunque ni existan, ni vayan a existir jamás, su dios, su hijo y su espíritu santo. Es el consuelo de la ignoracia, en muchos casos de la bendita ignorancia.

Ni siquiera metafísicamente. Lo evidente es que el hombre no tiene algunas respuestas.

Muchas de las personas que quiero y admiro procesan ciertamente la fe cristiana pero el hecho religioso lo considero irrelevante pues las tengo en tal consideración por sus obras y sus palabras. Aquellos que procesan la misma fe igual que comparten ritos se asesinan, o mandan matar.


Es así que respetando profundamente la fe de cada cual como respuesta a lo irracional, no puedo respetar a quienes desde siempre se han empeñado en hacer de ello su modus vivendi. Han declarado guerras, han conquistado a sangre y fuego en su nombre, han acaparado riquezas durante dos mil años y aún continúan, dividido familias, mentido, usurpado, violado, vejado, ofendido, quemado, mutilado, humillado, abusado y asesinado hombres y mujeres con la excusa de la fe, por los siglos de los siglos, y bajo indulgentes engaños. Han cometido tantos o más pecados de los que han sido capaces de inventar y son un poder fáctico real, aún hoy; hechos todos que en el transcurso de la historia han podido enmascarar y que no hubieran cometido nunca, bajo la coacción del diablo y del infierno, de haber creido realmente en sus discursos o de haber tenido, siquiera, un mínimo de fe cristiana.


Igual que no respeto a quienes predican la pobreza sin ejercerla, sustituyen a su dios portando crucifijos de oro y túnicas de seda o sustentan su futuro en el banco vaticano.

miércoles, 2 de enero de 2008

Obispos y frustrados.

Hace mucho tiempo que descubrí el placer e imagino que lo descubrí como muchos. El placer en su máxima extensión: el físico, el psicológico y el lógico; descubres el placer como antónimo del sufrimiento.
Hoy, gracias a un obispo, toca hablar del placer sexual.

Era un joven joven aún, estudiaba en los jesuitas, a quienes debo el haber sabido elegir un profesorado laico excepcional que sabía formar alumnos en conocimiento y valores, que enseñaba a descubrir y a pensar por uno mismo; así, a edad más adulta, fui capaz de percibir la diferencia entre el cristianismo y el engendro montado por la iglesia católica durante siglos y empecé a no comprender el porqué del empecinamiento católico en alabar el sufrimiento y en convertir el placer sexual en sinónimo de lo prohibido, en pecado capital, hasta mortal; igual que los juristas sostienen que el pensamiento no delinque, los seguidores vaticanos condenan éste por muy humano y lógico que sea. El emporio eclesiástico lleva siglos obligando al ser humano, mediante la coacción del diablo y los infiernos, a tener comportamientos anti-natura o al menos a renunciar a parte de la esencia animal del ser humano; esa es y ha sido mi percepción.

Así, cuando a temprana edad, el cura me preguntaba oculto tras el confesionario si me tocaba, sentía cierta frustración y respondía a veces que sí y a veces que no, según antojo, sin saber qué había querido preguntarme áquel. Con el paso del tiempo y tras afianzar algunas infantiles amistades, después de haber cumplido innumerables penitencias de castigo, por pecador, empecé a comprender muy bien, gracias a algún dios, a qué se refería el sacerdote con aquello del tocarse.

Presetando el pecado capital, lograron que un servidor descubriese el sexo, así conocí una curiosidad y un deseo que hoy aún perduran, nobleza obliga a mostrarse agradecido entonces, sobre todo a aquellos curas que confesaban ante pequeños de diez u once años sus frustraciones terrenales, demostrando así que su fe no llenaba los vacíos que en la esencia humana crea la doctrina católica y su absurda y torturadora visión de la abstinencia sexual, del sexo en esencia.

Con el tiempo he recordado también al padre Elezkano que nos impartía clase de pretecnología, obligándonos a asistir a sus clases en ropa deportiva y a quien jamás agradeceré haber posando su adulta mano en mi culo infante dos segundos por semana; hecho que, por ingenuo, no llegó a causarme trauma alguno que se sepa y que jamás relacioné con la pregunta que él mismo me hacía los días de misa lectiva antes de imponerme la penitencia oportuna. Entre que la tenía tomada mucho más con otros culos imberbes que con el de un servidor y que aquello conmigo jamás llegó a más (espero que al igual que con el resto de compañeros), entre partidos de fútbol, campeonatos, veranos y demás episodios de una vida infantil afortunada, jamás pasó de ser una anécdota que he decidido contar y que compartíamos muchos alumnos -todos, que le mirábamos con desgana, desconfianza y asco.

Aunque tal vez, como afirma ante sus fieles el obispo de Tenerife, su eminentísimo Bernardo Álvarez, éramos jóvenes que deseábamos el abuso e incluso lo provocábamos.