Que paren España, por favor, definitivamente me bajo. Y no, no es porque esté en contra de la selección española, que no; me alegro por su victoria y más por la alegría de la gente llana, española y aficionada; pero que nadie me pida que salte de contento porque no me sale (y más en democracia, ¿no?). En cualquier caso, no me han traído de vuelta por aquí cuestiones tan pírricas como el fútbol y lo absurdo de que millones de personas boten –de alegría, y se gasten una pasta en celebraciones mientras unos poquitos siguen forrándose y siendo unos auténticos privilegiados (insisto: ¡qué sociedad se crea cuando un futbolista vale y gana más que un médico!). Si me he decidido a salir del escondite es porque me pica y bien me pica la actualidad, política.
Solía entrar al trapo, a menudo. Así que derivé mis escritos hacia aspectos más sociales, buscando cierta generalidad en los planteamientos porque hablar de lo mismo (Euskadi) cansaba y aburría, no sé si a quien pueda leerme pero sí a un servidor, y bastante. Y es que el silencio, dicen, muchas veces también habla. No es el caso de estas líneas, que no buscan charla sino grito y protesta: que paren España, definitivamente me bajo de donde no quiero estar.
Es una cuestión política, mi españolidad (si es que la tenía) dejó de existir definitivamente. Mi amor por los ciudadanos españoles perdurará por siempre, en cambio. No podría decir lo mismo de la clase política; y ahí incluyo también a quienes hacen política desde los medios.
Y voy entrando: ¿alguien es capaz de facilitarme un/el argumento de inconstitucionalidad de la ley de consulta aprobada en el Parlamento Vasco? Parlamento español, por cierto, representante democrático de los españoles que viven en el País Vasco, lo que a menudo se olvida o se justifica: en Euskadi no hay democracia, sus ciudadanos no están preparados… hasta que ganen ellos unas elecciones que sólo entonces lo estarán, sin duda demócrata alguna.
Nadie duda de su ilegalidad. ¡Es ilegal y aún no sabemos por qué! Curioso.
La cuestión, como ven, que aquí me trajo, es la citada ley. ¿La han leído? ¿Entramos en el juego más que semántico de referéndum y consulta? No, me parece que la cuestión va mucho más allá de si esto es crisis, freno o recesión… porque esta ley está escrita y dice lo que dice, no lo que nos dicen que dice. A todos nos han enseñado, no sé si en catalán, gallego o valenciano, que para realizar comentarios de texto antes de nada hay que leerse, el texto ¿o no? Pues bien, tengo la sensación de que si se retiran de los medios las declaraciones de quienes no se han leído la propuesta de ley de marras, nos quedamos sólo con un diez por ciento opiniones merecedoras de ser tomadas en consideración. Y eso que ocupa menos de tres folios.
No puedo entender de otra manera que se hable de inconstitucionalidad tan alegremente, de ilegalidad, de referéndum, de secesión, de cómo se va a impedir la consulta (¡y todavía hay quienes se lo preguntan diciéndose periodistas!), del ejército y de la unidad patria.
Yo me reafirmo: si lo que ha propuesto el Parlamento Vasco es ilegal (y acabará siéndolo), que paren el país, me bajo.
Explicaré mis motivos con un sueño...
... Rodríguez Ibarra, en su época de esplendor tras nosecuantas elecciones ganadas por mayoría absoluta (viva la alternancia tan necesaria en mi tierra y tan olvidada por otros lares) decide consultar a los ciudadanos extremeños sobre si quieren o no, la nueva Central Nuclear que en su Comunidad Autónoma planea construir El Estado; es así como acaba en la cárcel y no me refiero a la de Guadalajara de visitante.
¿Es usted partidario de que un presidente autonómico pueda consultar la opinión de los ciudadanos a los que representa en asuntos como éste? Ciertamente no parece peligroso.
¿Podría afectar el resultado de la consulta a otros españoles que no recibirían luz eléctrica extra? No, porque es una mera consulta.
¿Qué pasaría si el Gobierno insistiera en sus planes de construir la Central constatando directamente a través del voto popular que el 80 por ciento de los ciudadanos de la región no está a favor? Pues estaríamos ante un problema político a resolver, y
¿a qué se dedican los políticos?
Pensar que en este caso soñado el problema es la mera consulta es antidemocrático, fryky y demagogo; y es también la forma de pensar de la clase política: por si la respuesta no es la esperada, o la deseada, se prohíbe consultar y tema democráticamente zanjado. El problema no es consultar, es que si la opinión ciudadana choca contra los intereses "de" los políticos éstos se juegan el puesto.
¿Alguien sabe por qué sería ilegal la consulta soñada?.
¿Qué tiene de inconstitucionalidad?.
La ley de consulta aprobada en el Parlamento Vasco, como la del sueño, no es vinculante (no obliga), es meramente consultiva y por lo tanto jamás afectaría a la entidad jurídica de España.
Dicen que pretende la secesión, sin prueba alguna. Rizando el rizo, si insisten te cuentan que dependiendo del resultado y como consecuencia de éste (argumento muy democrático como se ve) podría favorecerse el inicio de un proceso secesionista y que ello afectaría al resto de los ciudadanos españoles. Ante dichos dogmas (más bien utopías diría yo) espero un argumento judicial: el que asigne intenciones (leyendo debidamente los jueces la mente de los diputados vascos) y las convierta en delito.
He leído también, y unido al decir anterior de supuestas intenciones, que la clave de la ilegalidad está en las preguntas; no sé si en la que es vulgar copia de lo que los diputados sí pueden preguntarse y responder en el parlamento, de Madrid en este caso, o en la interminable segunda. Es ahora cuando busco el decálogo de las preguntas que pueden hacerse en democracia y no lo encuentro. Porque una cosa es que sean absurdas (que lo parecen) y estén sujetas a las razonables críticas políticas y otra que sea ilegal preguntar a la sociedad, en democracia. La realidad es que lo normal, lo democrático, lo sano y lo justo sería que el Parlamento Vasco, como cualquier otro, aprovechara cada jornada electoral para conocer la opinión real de los votantes (más aún en la España de listas cerradas) sobre estos, esos y aquellos temas, sobre todo porque facilitaría mucho el devenir político-legislativo como sucede en las democracia donde sí se estilan las consultas.
Pero vivimos allí donde la democracia es sólo una palabra. Si llegó la transición al fútbol español 35 años después, como dijo el Presidente Zapatero, la transición legal se hizo ciertamente hace tanto, pero la transición a la auténtica democracia está aún en pañales.
Jugando a adivino... apuesto porque buscarán la forma de argumentar que invade las competencias del estado al poder afectar el resultado al ente jurídico-polítco que forman el resto de ciudadanos españoles y por tanto ser sólo el Estado el capaz de convocarlo. Ansío la fórmula mágica porque no encuentro que una consulta no vinculante pueda alterar ente jurídico y político alguno. Qué me expliquen cómo, por favor. En cualquier caso en un mensaje dirigido abiertamente a la prensa libre española, recordaré que decidirá un tribunal elegido por los propios entes demandantes: caso de ejemplar democracia y ejemplo de cátedra sobre la separación de poderes.
Cuestiones verdaderamente políticas y por tanto sujetas a critica, las hay, lo que pasa es que nadie parece estar dispuesto a debatir sobre ello (el momento elegido, la idoneidad de las preguntas...) pero ¿para qué si es ilegal? ¿verdad?
Ilegal, dice el que se apea, debería ser poder referirse a lo aprobado como “Referendum de Secesión” y seguido ir llenando el tanque de combustible… de los tanques, lo que debe unir bastante la ya de por sí Unidad Patria. A un servidor, simplemente le acojona escuchar ese tipo de cosas; han sido muchos y de variados colores los que han mentado al ejército (algunos incluso se confiesan socialistas). Me horroriza más que me tomen por "uno de ellos" cuando con sólo saber leer he podido constatar que en el texto aprobado por el Parlamento Vasco en ningún caso se plantea un referéndum sino una consulta no vinculante: “… aun no siendo jurídicamente vinculante, tiene plena validez política y social para abordar e impulsar el fin definitivo de la violencia, así como para conocer el estado de opinión de la sociedad vasca al objeto de abrir un proceso de resolución definitiva del conflicto político, entre todas las partes implicadas y sin exclusiones”. Siendo éste un primer caso, en el texto se hacen dos menciones más al carácter no vinculante de la consulta. Léalo.
"Conocer el estado de opinión de la sociedad vasca..." ¿a alguien le importa?
Pero en esta España vuestra da igual lo que se diga o escriba, en este caso el viento se lleva más que las voces, también los textos: es un referéndum, es ilegal e independentista. Es inconstitucional y anticonstitucional. Un político sugiriendo una consulta popular, en democracia, nos dicen, es eso. Y además divide a la sociedad. Como siempre, entre los liberales y los rojos, entre los del Atletic, el Alavés y la Real, entre los que ven Telecino o prefieren Cuatro, entre nacionalistas vascos, españoles, o no nacionalistas... La sociedad puede estar dividida en torno a cuantas cuestiones queramos plantear. Y cada vez que se la cuestiona mostrará esa división lógica (cuando todo el mundo piensa igual es que nadie piensa mucho). Y si lo que divide, como dicen algunos, es el carácter político de la consulta, mejor acabamos con este sistema que nos cuestiona políticamente cada años. Algunos confunden la división lógica del sentir de miles de ciudadanos con el civismo. Llevo tanto oyendo hablar de división que a veces creo vivir en otro país; pero no, vivo en Euskadi, saben y por aquí, salvo cuatro hijoputas que todos sabemos quienes son, el resto de la gente convivimos perfectamente.
Créanme, en Euskadi los únicos divididos son los políticos, con Patxi López a la cabeza a la hora de hablar de fracturas, por cierto, dogma socialista que en su boca ya aburre. Si tal aseveración fuera cierta, y viendo los años que lleva acusando a Ibarretxe en primera persona (por algo: es su rival directo) de desvertebrar la sociedad vasca, me preguntaría cuándo se produjo el momento mágico de la división, si podemos dividirnos aún más o cómo se va ahora a dividir lo ya dividido. Preguntas las unas y dogmas los otros políticamente esperpénticas.
La realidad es que la democracia asusta y el papel que están jugando muchos políticos y medios es democráticamente vomitivo. Ya ni de los progres se escuchan las palabas voz y pueblo seguidas. Zapatero, por favor, para un segundo el país que me bajo, pasó, y mucho, de todos vosotros. De ti el primero.
Quiero matizar. No me bajo porque sea en Euskadi o porque sea el Lehendakari, no: es porque no quiero sentir pertenencia a un lugar donde un político que quiera preguntar al pueblo no pueda hacerlo, aun con consultas no vinculantes, aunque cometa con ello una torpeza política, de esas que se miden en votos, no en argumentos legales. Porque es por ahí por donde los demócratas, los que se lo autoproclaman, debieran haber reaccionado: por la política. Bien podrían posicionarse con una respuesta u otra, o bien promulgar la abstención: "Señor Lehendakari esto que consulta es tan inútil que propondremos a la sociedad que no acuda a votar". Si me lo pidieran así, no votaría, que conste. Ese sería un posicionamiento político, legítimo, legal y democrático (que por cierto se usó en el País Vasco durante el “referéndum” de la Santa Constitución del 78 con bastante éxito, lo que a menudo se quiere olvidar). Después cada cual sabría (bien lo saben todos ya) argumentar en función del resultado: si no voto nadie, si votaron muchos, si hubo muchos síes o muchos noes, etc. Del resultado, como se ve, podrían extraerse conclusiones políticas sustentados en la opinión directa de los ciudadanos. No quiero sentir pertenencia a un lugar en donde los políticos están por encima del bien y del mal y sobre todo: por encima del ciudadano.
Puesto a agravar mi malestar me ha dado por pensar, mira que soy masoquista, y al hilo del párrafo anterior, en los hipotéticos resultados: si barre la abstención, definitivamente Ibarretxe delira y cava su tumba política; si la participación es amplia y los ciudadanos responden negativamente, tres cuartos de lo mismo. ¿A qué impedir entonces la consulta si el resultado "no puede" ser otro cuando se tiene a la sociedad, en lo tocante a cuestiones polítcas, de parte (norma básica de todo buen político: hablar en nombre de todos los ciudadanos como si fueran tú y pensaran como tú) y es el que la propone el equivocado?
Creo humildemente que el miedo a la respuesta es la única explicación lógica a esas ansias de convertir lo que debiera ser una fiesta y un ejemplo de democracia del que extraer legítimas conclusiones (como cualquier consulta popular que el político legitimado de turno desee realizar, aunque con ello se la juegue) en un acto ilegal. Y por eso, insisto: María Teresa para el país que este servidor no quiere permanecer en él.
Si los ciudadanos vascos no pueden expresarse por si el respeto democrático de su palabra pudiera algún día futuro lejano tener, o no, alguna consecuencia política para la Unidad Patria: que paren España, que me bajo. Si la clase política española es tan débil que cree que ello es posible y comienza con prohibiciones preventivas: de lo suyo gasta, mientras tanto yo me apeo.
Y me aviso: definitivamente Zapatero, en lo tocante a esta comunidad, ha hecho bueno al Aznar que al menos por un tiempo pactó con Arzallus y legisló un par de transferencias, hablo del MVLN, acercó presos, excarceló entre otros a la mesa nacional de herri batasuna y a algún asesino etarra que volvió a asesinar, y autorizó conversaciones con ETA. No sé qué de distinta tiene la situación actual gestionada por Zapatero, que mucho prometía, de los tiempos, posteriores al desliz aznaril, del plácido Mayor Oreja. El mundo nacionalista democrático sigue, palabra y parlamento en mano, intentando conseguir algo creyendo que es por el bien de los ciudadanos y conforme a sus planteamientos ideológicos, como les hes exigible por otro lado pues para eso les votan sus votantes. El PSOE y el PP, de quienes presumiré el mismo deseo de hacer bien a los ciudadanos, utilizan el "no" constante y el que todo siga igual porque aquí no pasa nada. Esa es toda su evolución, todo su margen de movimiento mientras en esta tierra si algo hace falta es voluntad y movimientos políticos y sociales. Ambos pasan del Estatuto que dicen defender y actúan llanamente por puro electoralismo (leches, como el Lehendakari).
Lo realmente triste es no conocer más que una diferencia puramente formal entre ambos partidos "constitucionalistas", porque diferencia política en lo referido a la situación del País Vasco no hay ninguna, esto sigue siendo el mucha policía y poca diversión. Avances cero, seguramente porque sólo permitirán avanzar cuando sea hacia donde ellos quieran o sólo si son ellos quienes dirigen el avance; antes de ello aún hay que cegar al burro y colocarle la zanahoria. Al tiempo.
Capitulo a parte merece la prensa libre y democrática española, garante de la libertad, que ni protesta ni entra a debatir siquiera los motivos de la supuesta ilegalidad de la ley, sentenciando como ha sentenciado por aclamación. ¡Cómo van siquiera mentar la presunción de inocencia para esta ley condenada sin vista ni juicio!
Sugiero al lector que haga un esfuerzo inaúdito e imagine que el constitucional dicta en favor de la ley y en si ello tendría algunas consecuencias. Nadie sentiría vergüenza por lo afirmado, lo que dicho de paso, sería una auténtica vergüenza.
Además ¿No son los tertulianos, por ejemplo, analistas políticos, económicos y sociales? ¿Por qué si cualquier análisis de la compleja realidad vasca es mucho más certero conociendo su opinión, cuestionada de forma directa, se oponen sin inmutarse? ¿Defender y publicitar las palabras de la persona que mayor número de años de cárcel por terrorismo tiene pendiente de cumplir en España, un tal Trashorras, no debiera de ser también anticonstitucional? En lo que se refiere a los medios: Pedro Jota, para el país que me bajo.
Que en Euskadi en la búsqueda de la paz no se avanza porque la culpa la tiene siempre el contrario político es de cajón; que los poderes públicos debieran de disponer de mecanismos, como les obliga la ley por cierto, para que los elementos de participación ciudadana fueran más amplios, sencillos e influyentes en la vida política, también es de cajón. Que la democracia asusta a la clase política, una evidencia.
Por eso, y no porque sea más fácil estudiar vasco o catalán en Paris o Berlin que en Madrid, definitivamente me bajo de vuestra España (si espero a que alguien paré esto lo llevo claro).
Al fin solo, apóstata y apátrida (y no me dejan darme de baja ni los unos, ni los otros).